Capítulo 1
Sucesos.
Sucesos.
–¡¡¿Demonios Changmin como esperas que me ponga? DIME!!– le discutía una vez más Yunho a min, esta vez el hermoso mayor se había excedido, porque O sea, él no tuvo la culpa –Min respóndeme– le pidió mirándole. El hecho de que min sea tan atractivo no es su culpa, y tampoco lo es el que muchas personas tanto chicas como chicos le piropeen y de más delante de su amado Koibito; ésta vez fue un hombre como de 35 años quien se le acercó y le compro una bebida sin saberlo. Min no sabía decir que no, así que la acepto, pero era tímido y no le dijo que venía acompañado hasta que el hombre intentó acercarse a su rostro un poco, en lo que Yunho apareció y le golpeo, halando y llevándose consigo al pequeño adolescente para entablar una de las mil discusiones más del año. Min no quería mirarlo a la cara, se sentía muy mal, triste y decepcionado tal vez.
–¡¡¡MALDITA SEA CHANGMING MÍRAME A LA CARA!!!– gritó tomándolo bruscamente del mentón haciendo que le mirara. Descubriendo en ella lágrimas, lágrimas de dolor…
–No…– fue lo único que pudo decir, la verdad a veces le asustaba cuando su amor se ponía así, aunque sabía que nunca en su vida le pondría una mano encima, pero le asustaba, Yunho simplemente daba miedo cuando estaba molesto. La vez pasada le dejó el rostro desfigurado al chico que le dijo que cuando él quisiera podrían tener “momentos lindos e inolvidables”.
–¿No, qué? Min– dijo un poco más calmado, le aterraba ver el hermoso y tierno rostro de su niño así, odiaba ser el causante de sus lágrimas, por encima de todo, era lo que él más odiaba. Además siempre recordaba esto “Prometo cuidarte siempre, siempre traeré sonrisas a tu rostro, y eliminaré la tristeza, porque te amo”
–Vamos, Min! Respóndeme algo ¿quieres?– casi suplicaba. Min seguía sin hablar y mirándolo en silencio.
–No… qui…ero estar… aquí…– fue lo único que dijo y salió del lugar, no corriendo pero si muy apresurado; Yunho fue tras él y lo detuvo atajando su brazo, Chang al sentir el tacto forcejeo
–¡¡DÉJAMEE!!– muy alterado le grito, Yunho decidió dejarlo, pues no quería que las cosas se pusieran peor, y la última vez Changmin le había dicho que si él seguía así romperían, pero tres años de relación, una hermosa y sincera relación no se atrevería a echarla por la borda además, era Shim Chang Min el chico que le robó el corazón cuando le atendió en aquel pequeño café y que sin querer derramó café caliente sobre él, Min sí que estaba apenado se disculpó más de mil veces, y rogó por no perder su empleo; desde entonces Yunho asistió casi a diario a ese lugar sólo para verlo a él.
Un teléfono repicaba, pero nadie contestaba…
–Vamos Junsu, atiende…– se decía el mejor amigo de Junsu; Changmin –Vamos Junsu, ¿Qué puedes estar haciendo?– se preguntaba con la ansiedad que tenía. Sólo escuchaba los “tuuu” “tuuu” y la contestadora “Su llamada será atendida por el buzón de mensajes, deje su mensaje después del tono” –¡RAYOS!– dijo ya muy molesto –no te necesito, iré por allí–.
La música se escuchaba hasta en la frontera con Corea del Norte, ese lugar sí que estaba lleno de personas bailando, bebiendo, hablando, pasándola bien, uno que otro a su modo, y algunos quizá abatidos por cualquier dolor que puede haber en la vida de un hombre, y aquí iba nuestro pequeño Min, a descargar las penas en un bar.
–Por favor el más fuerte de todos– Pidió sin pensarlo dos veces.
–¿Eres menor de edad?– preguntó la persona que atendía, la reglas de ese bar eran ‘Pueden entrar menores de edad, pero no se les permite tomar alcohol a no ser que vengan acompañados por algún mayor’ por lo que tenían bebidas más suaves para menores, éste hombre no quería perder su empleo que con tanto esfuerzo encontró; al verle la cara de niño a Changmin tuvo que preguntarle.
Changmin olvidó ese pequeño detalle, siempre venía acompañado de Yunho y decían que eran hermanos ya que eran de tonos de piel muy parecidos. Min bajó la cabeza un poco decepcionado y listo para responder se tragó sus palabras…
–Viene conmigo, soy su primo– respondió amablemente un joven alto y apuesto, de piel muy blanca, quien era un muy buen cliente del bar de manera que logró hacer que sin cuestionarios le entregaran a su “primo” la bebida –Bien, elige para que vayamos con el resto del grupo– sugirió; fingiendo de esta manera ser familia. El menor estaba un poco extrañado, pero aprovechó la oportunidad y caridad de este desconocido muy amigable le sonrió y escuchó de fondo a quien servía.
–Disculpe, hay muchos fuertes. ¿Cuál de tantos prefiere?– le preguntó, el menor lo pensó por un momento y recordó la razón por la que había llegado allí que hasta hace un momento lo había olvidado; decidió –No importa, sólo combine algunos y listo– Tanto el cantinero como el chico apuesto se quedaron sorprendidos –¿Estás seguro?– preguntó con informalidad para seguir pareciendo lo que habían dicho a lo que Changmin contestó –Si, lo estoy- muy decidido haciendo notar que no cambiaría de opinión. El cantinero no hizo más servir en vaso Whisky, Vodka y Tequila; combinación mortal, el pobre chico quedaría inconsciente si no era que lo tiraba al hueco de una vez. ¿Pero no había de que preocuparse, verdad? ¿Eran primos, no? Al menor, tenerla en sus manos se fueron juntos a ese fulano grupo donde todos allí miraron como raro al “primo” mayor.
–Oigan, él es un nuevo amigo, le hice un favor, así que por favor, no sean desagradables con él– Ordenó amablemente pero con un dejo de ímpetu asomado en su voz, una hermosa joven pero con voz chillona llamó –¡Oppa! ¡¿Este es tu nuevo amante?! ¿Y… y yo qué?– Preguntó exigiendo, mientras que él se le acercaba tomándole de una mano jalándola más contra su cuerpo sujetándola de la cintura, a la punta de su oído le dijo –Sabes que esta noche es sólo para ti y para mi, ya lo dije antes ¿no? Es mi nuevo amigo– haciendo hincapié en la palabra ‘amigo’ mientras, con el rabillo de su ojo observaba al menor a los ojos, quien al notarlo rápidamente giró su vista a un lado, gesto que hizo que el héroe de los licores de ese momento se permitiera un pequeña sonrisa no muy evidente, para al instante darle un poppo a su amante de esa noche. Mientras otro chico joven de piel más pálida que el héroe, con la incomodidad que sentía al estar en ese lugar y en medio de su aburrimiento, fastidiado observaba como todos la pasaban a su manera, y en ese momento notó la reacción del chico. En seguida sintió pena por él, sabía que sería la nueva presa de su Jefe. –‘Quisiera ayuda…’– pensamiento que fue acortado al sentir como tomaban su mentón…
