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miércoles, 29 de agosto de 2012

Nadie es lo que parece.



Capítulo 1.
Nadie es lo que parece.

     Aquel día cuando desperté me sentí en movimiento y entonces me pregunté ¿qué ocurría? puesto a que no entendía nada, ya que hacía algún rato (que en ése momento no tenía claro hacía cuánto tiempo había sido), yo estaba tranquilo despidiéndome de mis amigos Junsu y Hyunjoong frente a la escuela dispuesto a irme a mi casa. Recuerdo que esa tarde había sido hermosa como ninguna otra, los rayos del sol a punto de desaparecer se dispersaban por todo el cielo en diferentes tonadas de colores entre rosa, naranja y el más tenue mora que cualquier artista pudiese agregar a su más hermosa pintura de un majestuoso cielo. Vi un techo, un techo de auto y encontré que mi cuerpo estaba acostado en el asiento trasero, pestañé un par de veces y rápidamente me levanté.

     Un hombre desconocido iba conduciendo aquel auto y el miedo entró en mí. ¿Estaría siendo secuestrado? ¿Por qué? Si mi familia no son personas adineradas. Siempre había escuchado que cuando secuestraban a las personas lo hacían para cobrar rescate. De pronto me percaté que estaba todo obscuro, miré por las ventanas y no alcancé a  ver nada más que árboles, ramas y arbustos que se iban quedando atrás ¿querrían acaso matarme? Miré al vidrio de adelante y solo se veía un camino en la obscuridad que iba siendo alumbrado por las mismas luces provenientes del auto y fue en ése momento cuando supe que era de noche o madrugada. En un momento también repentino percibí que estaba siendo observado a través del retrovisor y guié mi vista hacía el mismo descubriendo que el conductor que no conocía estaba mirándome, me quedé en silencio viéndole  directo a sus ojos ¿qué se supone que diría en ése momento? Sentía mi corazón salirse de mi pecho, no tenía idea de nada. Ni de cómo llegué a estar dentro de ése carro, a donde se dirigía ni mucho menos que haría conmigo ése hombre.

     –Parece que has despertado– me dijo y como antes cuando él me mirara por el espejo permanecí en silencio. Solo iba rogando que no me hicieran nada malo –No temas, no voy a hacerte nada– me dijo sonriendo. Eso era raro si no iba a hacerme algo ¿por qué me secuestraba?

     –S-si n-no va a-a… ha-hacerme n-nada m-aalo ¿por qué me e-está s-secuestrando?– pregunté y no entiendo por qué titubeé, quizás era el miedo dentro de mí. Si no mal recuerdo, cuando pregunté aquello a ése hombre que para ése momento seguía siendo un desconocido él sonrió ante mi pregunta y me respondió:

     –No debo decirte nada aún, pero no temas, no te va a pasar nada– esa fue su respuesta, pero yo seguía con aquella intriga y es que, de verdad tenía miedo, no era normal ser secuestrado para nada.

     –¿Debería c-confiar en us-usted?– como un niño tonto pregunté pero si no estás en esa situación creo que no entenderías a qué me refiero.

     –Si tú quieres hacerlo, puedes hacerlo; más si no, pues no lo hagas– sonrió de nuevo para mí y no respondí ante su respuesta.

     –¿Hacia dónde me lleva?– le hice de nuevo una pregunta, no sé si era más por saber o si era para evitar ese silencio que lo único que hacía era angustiarme más, ahora sé que era angustia; más en aquél momento solo sentía algo feo en mi estómago parecido al miedo pero era otra cosa.

     –Lo sabrás cuando lleguemos– fue su simple respuesta, ante esta yo mire su silueta y me senté bien que para ese momento no lo estaba y me puse a prestarle atención al camino, sino estaba tan loco estábamos entre montañas ya que no había una sola pista de casa y/o edificios, apreté mis ojos y comencé a llorar en silencio. Pensamientos horribles atravesaron mi mente. Sin darme cuenta mis gemidos se hicieron más audibles y la voz del hombre desconocido hizo que lo notara –No llores, te prometo que no te pasará nada malo– intentó calmarme pero ¿cómo podría creerle? si no le conocía.

     –¿C-cómo… podrí-a c-creer-le… si… ni siqui-era s-sé quién es u-usted?– fueron aquella mis palabras y él rió no muy duro.

     –Mi nombre es Shim Changmin– si no entendí mal su tono de voz fue muy parecido a la amabilidad –pronto llegaremos y podrás saberlo todo– con esas palabras aseguró. Miré de nuevo a la ventana viendo la obscuridad y quise saber la hora.

     –¿P-podría d-ecirme qué hora es?– sacó su teléfono celular, no sé qué otras cosas hizo antes de decirme la hora ya que él jurungueó el aparato y luego me dijo la hora.

     –Cinco y cuarenta de la mañana– me sorprendí, ¿desde qué hora estuve inconsciente? –Estaremos llegando allá a las seis treinta de la mañana– me sorprendí ¿qué tan lejos me llevaría el Señor Changmin?

     –¿Dónde vamos?– pregunté de nuevo, aún sabiendo que anteriormente él se había negado a decirme y efectivamente, eso ocurrió, su respuesta fue:

     –Lo siento de nuevo, aún no puedo decirle nada Jaejoong-ah– y me sorprendí porque pensé que el Señor Changmin supiese mi nombre era raro y me apresuré a preguntarle eso.

     –¿Cómo sabe usted mi nombre?– inquirí, en ese momento pensé que no era normal que él supiera mi nombre.

     –Es mi deber saberlo, Jaejoong-ah– y repitió de nuevo mi nombre, eso me hizo incomodar. En ese momento preferí callar. Me dispuse solo a ver por la ventana.

     Lentamente el sol comenzó a salir a la mañana siguiente de ése día en que yo, por primera vez desaparecí de mi hogar, a través de esa ventana podía ver aquél humilde pero a su vez maravillosamente elegante espectáculo, de aquél egocéntrico sol, aquella estrambótica esfera que sin mucho esfuerzo llamaba la atención de hasta quien quisiera ignorarlo; como si de Picasso se tratara quien se encargase de maniobrar semejante recuadro que sería admirado hasta por el más ignorante de lo seres. Aquellos fulgores que tomaban seguros su espacio en el cielo color naranja, delicados destellos rojizos que dulcemente iban decolorándose hasta dejar a la vista el celeste cielo iluminado. Las nubes eran esponjocitas y extremadamente blancas, muchas de ellas se iban degradando hasta dejar solo rastros en forma de brochazos de las mismas.

     Me sentí ensimismado, muy, muy dentro de mí, semejante obra de arte tenía todos mis sentidos cautivados hasta que la voz del Señor Changmin llamó mi atención trayéndome de vuelta a la realidad; una realidad que no a todos les agradaría vivir.

     –Jaejoong-ah hemos llegado– me alertó y enseguida todos los músculos de mi cuerpo se tensaron y una presión entró de nuevo en mi pecho ¿qué se supone que pasaría conmigo ahora que había llegado a donde estaba?

     Observé como la puerta trasera estaba abierta esperando mi bajada y en ese momento pensé “¿deberé escapar?”, “¿corro o no?” recuerdo que también pensé que quizás eso me traería más problemas, no sabía quiénes eran las personas que se hallaron allí dentro aquella mañana y tampoco conocía el lugar.

     –Estoy esperando a que bajes Jaejoong-ah– escuché de nuevo y caí en cuenta que debía resignarme y bajar de allí. Era mejor saber que iba a pasarme de una vez por todas antes que seguir con esa angustia dentro de mí; eso pienso ahora, pero aquella mañana solo quería huir y llorar, cosa que afortunadamente no hice.

     Cuando bajé no pude creer lo que tenía delante de mí; frente a mis ojos. ¿Alguna vez ustedes vieron aquellos hermosos cuadros pintados por talentosos artistas donde habían hermosas montañas, pequeños riachuelos que venían de hermosas y grandes cascadas, y que habían también preciosas casas pueblerinas con calles hechas de piedra? ¿Sí?, ¿no?. Bueno, justamente algo como eso tenía delante de mí.

     Solo que donde ya estábamos era como un hacienda en las montañas, rodeada de grandes, medianas y pequeñas montañas. Verde pasto recubría todo el suelo y no eran precisamente casas pueblerinas, era más bien una inmensa y tremenda mansión moderna dentro del lugar que estaba todo cercado por un lado. En ese momento me pregunté quién era el dueño o dueña de todo aquello.

     –Ven conmigo Jaejoong-ah– comenzó a caminar, yo me quedé de pie donde estaba y pude notar como de pronto se detuvo, se volvió hacia a mí y me dijo: –No intentes escapar, porque el patrón se podría enojar y ambos estaríamos en problemas– jah ¿qué no iba a pasarme nada malo? No entiendo ¿por qué me quieren? Comenzaba ya a sentir sueño y pensé en cuanto querría ir a dormir a mi camita y con ese pensamiento muchos otros llegaron y entre esos mi familia… ¿Cómo estarán de preocupadas mi madre y mi ocho hermanas mayores sin dejar atrás a mis padres? ¿Sabrá Junsu o incluso Hyunjoong que he desaparecido?

     Comencé a seguir al señor Changmin y me percaté que no era tan “señor”. Cuando mucho tendría veintitrés años, pero mientras él conducía muy poco pude verle así que es por eso que no noté su supuesta edad.

     Mientras caminamos nos acercamos más a esa casa y entramos en ella y recuerdo que era muy hermosa, por dentro tenía muchos detalles en madera, tipo cabaña, pero en muchos lados podía observarse una que otras ostentosidades.

     –¿Dónde se encuentra el patrón?– el señor Changmin preguntó a una joven que en aquél entonces era como de mi edad, un poco mayor cuando mucho que por cierto estaba observándome.

     –Changmin, él salió y dijo que volvería en dos horas, si no mal recuerdo creo que fue a encontrarse con el joven Yoochun-sshi– le dijo ella y regresó su vista a mí, me sentí nervioso y cambié el curso de mi mirada. Ése nombre que ella había dicho me sonaba tanto pero no estaba seguro.

     –¿No dejo nada dicho para mí?, ¿Alguna orden?– su conversación me sonaba tan aburrida pero quise saber quién era el ‘patrón’.

     –No… Oye Minnie ¿No vas a decirme quién es él?– ella le preguntó y fue cuando más nervioso me sentí, yo permanecí todo ese tiempo detrás de él.

     –Oh… supongo que no hay problema, bien él es Jaejoong-ah– él la complació y ella entonces sonrió –Jaejoong-ah, ella es Krystal-ah– yo solo pude hacer una reverencia.

     –Bien, iré a hacer mis cosas, Minnie nos vemos al rato– dijo ella, y me pasó por un lado y me sonrió, supongo que ella era una chica de servicio ya que llevaba puesto lo más parecido a un uniforme de señoritas y señoras de servicio de color celeste y cargaba unas toallas en sus manos.

     –Está bien– dijo ‘Minnie’, ese sobrenombre me hizo gracia. De pronto vi como él sacó su teléfono y comenzó a hacer una llamada.

     –Soy yo, Señor– empezó, yo seguía de pie observándole –eh, si… él está ya conmigo…– supuse que estuvieron hablando de mi ya que yo era el único ‘él’ junto a él –Bien, está bien… bien– colgó la llamada, se volteó para verme y yo hice lo mismo –Ven conmigo– me incitó a caminar detrás de él, cosa que hice mientras él iba explicándome algunas cosas –El patrón no se encuentra aquí– eso ya me había quedado claro, pero él lo dijo de nuevo –por órdenes de él debo llevarte a una habitación y dejarte ahí hasta que él regrese– eso no fue agradable saber pero ¿qué podía hacer?

     –Q-quéda-ate conmigo– le pedí cuando estuvimos en la habitación predestinada para mi, no es que confié en él, es que no quise quedarme solo allí. Él sorprendido me miró.

     –No puedo hacerlo, debo hacer mi trabajo– sentí un nudo en mi garganta cuando él se negó –será mejor que te quedes allí dentro a esperar a que él regrese– me sugirió pero yo no quería estar allí y solo mucho menos.

     –Por favor…– y cuando susurré eso ya estaba llorando.

     –Lo siento Jaejoong-ah pero no puedo quedarme, te prometo que no te pasará nada– cuando él me dijo eso sentí como un enojo pero a la vez un alivio.

     –¿Cómo sabes que no va a pasarme nada?– para ese momento mi voz fue un poco más audible que antes.

     –Sólo lo sé– me sonrió y puso su mano sobre mi cabeza moviéndola desaliñando mi cabello. Cerró la puerta y me dejo allí solo, por un rato permanecí allí parado, me giré para ver el interior del lugar donde me encontré. Era lindo, había una enorme cama, un closet y otra puerta, caminé hasta ella y descubrí que era un baño, muy aseado por cierto; pronto noté como sentía un enorme sueño así que me senté en la cama, pero comencé a llorar, lloraba, lloré mucho. No puedo explicar, cuan inmensas eran mis ganas de llorar en ése momento dentro de esa no muy grande pero si cómoda habitación y sin darme cuenta me quedé dormido.

     Luego de eso abrí mis ojos cuando escuché el llamado de alguien, ése alguien era la chica que el señor Changmin me había presentado hacía algún rato.

     –Jaejoong-ah, ven para que comas algo– me quedé un rato mirándola –Ven por favor, debes estar muriendo de hambre, Minnie me contó que no debes haber comido más o menos como desde el mediodía del día de ayer– fueron sus dulces palabras, que nunca olvidaré.

     Me levanté cuando ella me haló de la mano y me sacó de esa habitación, recuerdo como caminé desganado por donde ella me guió y llegamos a un grande y elegante comedor.

     –Siéntate aquí, por favor– me señaló la silla frente a donde ya se encontraba algo de comida servida –no sé que cosas te gustan comer, pero es lo que hicieron de comida para los empleados y decidí apartarte un poco– sé que la miré algo desconcertado y pensé que esa chica, Krystal-ah era muy amable.

     –Muchas gracias– le dije sinceramente y comencé a comer, realmente tenía demasiada hambre y no lo había notado hasta que probé la comida, y aún tengo presente en mi memoria que fue demasiado rica.

     –No me agradezcas, sino el patrón nos hubiese matado a todos– y rió tras su comentario pero yo permanecí serio. ¿Matar?... ¿Él me mataría? –lamento si fue un comentario de mal gusto– se disculpó con sinceridad al ver mi rostro descompuesto luego de escuchar lo que me dijo–pero es verdad, hemos recibido órdenes de tratarte muy bien– y debo admitir que en ése momento eso me sorprendió ¿Un rehén bien tratado? Es un poco raro.

     –¿Puedo preguntar algo?– mientras la miraba.

     –Claro, de todos modos ya lo hiciste– sonrió.

     –¿Quién es él y por qué me tiene aquí?– ella permaneció en silencio ya que igual que Changmin, ella no podía decirme.

     –Lo siento es algo que no tengo permitido decirte, pero no te preocupes, el señor llegará dentro de unos cuarenta minutos o una hora tal vez y él podrá responderte todo– fue su respuesta –por favor, cómelo todo– y se fue dejándome solo.

     Lo comí todo y en media hora ella regresó, me dijo que fuera al baño que estaba en un pasillo cerca del comedor, ella recogió los trastes y regresé lo último que escuché de ella fue ‘Ven conmigo, el patrón ya llegó y está esperándote en el jardín’ sentí una cosa horrorosa dentro de mi mientras en silencio iba siguiéndola, llegamos a un jardín que estaba del otro lado de esa mansión, debo afirmar que dejé pasar las hermosas flores, el pasto y las montañas que podían ver.

     Cuando llegué al lugar un hombre estaba sentado de espaldas hacía donde nosotros llegamos, Changmin estaba frente al hombre y a nosotros; y la linda voz de Krystal-ah le hizo saber que yo ya me encontraba ahí, él giró y cuando vi a esa persona frente a mí, no podía creerlo.

     –¿Y-yunho-s-sshi?– pregunté con asombro, ¿fue Yunho-sshi quien me había secuestrado?

     –Bienvenido a mi casa de campo, Jaejoong– me saludó sin más y yo no sabía que pensar o que creer. Recuerdo que en ése momento las caras de Changmin y Krystal fueron de incomodidad. Yo comencé a sollozar y Yunho-sshi sonrió acercándose a mí, por inercia yo me alejé, gesto sé que a Yunho-sshi no le agradó ya que me tomó de la muñeca y me acercó a él –¿Cómo estuvo ése viaje?– me preguntó y no le respondí y ante mi inmutación él dijo: –No importa, ya tendremos tiempo para hablar sobre tu viaje–.

     –¿P-po-por… qué?– le pregunté. El me miró y con su hermosa sonrisa me contestó.

     –No es necesario saber eso– sentí una opresión en mi pecho, ¿Yunho-sshi, el muchacho mayor que yo dos grados y el más popular debido a su inteligencia y belleza tanto entre las chicas como los chicos me secuestró? –Ven, sígueme– me haló y lo seguí, no quise hablar más, el me pidió que dejara de llorar que no me haría nada malo y entonces me detuve. Entramos en una habitación fuera de la mansión, era más bien como una cabaña hecha de madera de leña que a simple vista se veía muy acogedora y entramos en ella, había una especie de living, un pequeño comedor, una pequeña cocina y unas escaleras que sé perfectamente nos llevaron a un dormitorio. Dentro del dormitorio Yunho-ssi comenzó a hablar.

     –Bien esta será nuestra cama– aún tengo presente la sensación que tuve cuando escuché la palabra ‘nuestra’ seguida de ‘cama’. ¿Íbamos a dormir en la misma cama? ¿Acaso querría él… violarme? Mi corazón se estrujó.

     –¿Nuestra?– repetí en son de pregunta con miedo.

     –Sí, nuestra; tuya y mía– remarcó y quise salir corriendo, pero su mano aún estaba prendada de la mía.

     –¿Por qué hace esto Yunho-ssi?– y nuevamente él ignoró completamente mi pregunta y se levantó de la cama, caminó hasta un pequeño gavetero que estaba allí dentro y abrió unas de las gavetas, sacó algo de ellas y regresó a mí.

     –Ten– me entregó lo que no supe que era hasta unos segundos más tardes cuando descubrí que era un traje de baño para hombres. –Póntelo, te esperaré a fuera– me dijo y por supuesto que yo no me pondría eso, pensé.

      –No puedo ponerme esto Yunho-ssi– le avisé, él se regresó a preguntarme por qué –Pues porque… nunca me han gustado y no puedo ponerme algo como eso– no lo haría, me daba vergüenza usar algo como eso delante de él y de quien fuese.

     –Okay, lo usarás quieras o no– estoy consciente de que su respuesta fue algo odiosa más yo lo miré a modo de súplica, no quería usar eso.

     –Por favor Yunho-ssi… n-no quiero u-usar ésto– me acerqué a él, pero él puso su cara más seria y me dijo que si no usaba eso, entonces entraría desnudo a la piscina. Bajé mi mirada y él salió del dormitorio. Me dijo que tenía cinco minutos para cambiarme. Lo hice con toda la vergüenza del mundo; bajé y llegué hasta él, donde él se encontraba ya en shorts y con su tronco descubierto, me acerqué a él y bajé mi mirada, no entiendo porque me sentí tan indefenso en ese momento, no recuerdo y ahora que lo pienso no me agrada que haya actuado de esa manera, pero solo tenía quince años cuando eso ocurrió.

     –Te queda muy bien Jaejoong– permanecí en silencio mientras moría de vergüenza y sentí un agarre en mi muñeca que me invitaba a caminar hacia donde me guiaba, cosa que sin remedio hice. Bajamos unas escaleras que nos llevarían hacía las piscinas –Ten cuidado Jaejoong, no quiero que te hagas daño– yo no le respondí.

     Pronto llegamos a las piscinas y comenzó a decirme algunas cosas que la mayor parte de ellas no las escuché porque yo solo quería irme y tapar mi cuerpo, nunca antes había usado algo como eso que tuve puesto, era demasiado corto y extremadamente ajustado al cuerpo. –Entonces, aquellas son las aguas termales y ésta y ésta…– señalando con su dedo índice los lugares –…son piscinas normales– de pronto escuché un sonido que provenía de un lugar, era como si un río atravesara el lugar donde estábamos y realmente no me extraño, ya que hasta aguas termales habían allí.

     Pero ni tiempo tuve de pensar cuando sentí mi cuerpo caer y chocar contra el agua helada de la piscina. También escuché la fuerte carcajada de Yunho-ssi. Tragué agua y luego salí a la superficie cuando de pronto vi el cuerpo de Yunho-ssi volar y caer con elegancia dentro de la piscina, cuando llegó a la superficie se acercó a mí.

     –¿Por qué me empujó Yunho-ssi?– le reclamé. Fue injusto, yo no tuve tiempo de defenderme así que sin más comencé a arrojar agua a su cara, acto que él no tardó mucho en responder de la misma manera.

     Luego de un rato, recuerdo que lo disfruté ya que ambos reíamos mucho, nos perseguimos dentro de la piscina, todo se calmó y pegué mi cuerpo a las paredes de la piscina mientras Yunho-ssi se acercó a mí poco a poco.

     –Te pido disfrutes tus días aquí Jaejoong– dijo, yo quise decirle algo más pero noté como sus labios se estaban acercando, me sentí aterrado, nunca antes había besado y menos a un chico, giré mi cabeza; pero él fue más atrevido y siguió la dirección de mi cara y me besó, yo no supe que hacer, mis ojos se ensancharon y lo primero que pasó por mi mente fue empujarlo, cosa que hice. Salí rápidamente del agua y corrí hasta la cabaña.

     –¡Jaejoong!– escuché como él me llamó pero yo lo ignoré y seguí corriendo hasta llegar a la cabaña. Me senté detrás de ella pegando mis piernas a mi cuerpo, coloqué mis brazos sobre las mismas y encima de éstas posé mi cabeza, comencé a llorar, él me dijo que no me haría nada.

     Si es así, entonces ¿por qué me besó? me quedé allí por un largo rato y después de eso sentí que algo caía sobre mí, levanté mi vista y vi a Yunho-ssi, quien me arropó con una toalla.

     –No sería bueno si te resfriaras– me dijo primero y luego –¿Puedo sentarme?– me preguntó, yo solo me hice a un lado permitiéndole el espacio –No era así como tenía planeado que nos encontráramos pero fue así como ocurrió– ésas fueron sus palabras, yo solo permanecí en silencio con la cabeza agachas de nuevo –solo te pido, no odies estar aquí– ¿odiarlo? ¡lo aborrecí! ¿por qué demonios él me secuestró?, no creo que sea por rescate, es la persona más adinerada, después del presidente de Sur-Corea que había conocido en mi vida.

     –¿Por qué hizo que Minnie me trajera aquí?– pude casi jurar que a Yunho-ssi le molestó más que nada la manera en como llamé a Changmin. –Si es porque soy amigo de Jessisa-ah le prometo que me alejaré de ella– una vez escuché que ambos eran el uno para que el otro y que incluso éstos se amaban en secreto. Pero mi ofrecimiento solo lo hizo reír quedito.

     –No se trata de Jessica, Jaejoong– lo miré –se trata de que eres tú a quien quiero tener conmigo– y la impresión no cupo en mí. ¿Él me quería tener consigo?, pero ¿por qué?

     –¿Q-qué quiere decir c-con eso?– no pude más que preguntar, porque con quince años, no podía incluso creer lo que escuchaba.

     –Lo que dije, eso quise decir.– Me miró a los ojos y tomó mi mano, la cual no me dio tiempo de quitar antes que él la tomara –Ven, es hora de que te bañes, debes sacarte el agua de la piscina y abrigarte para que no te resfríes– me hizo levantar, caminar hacia la parte delantera de la cabaña, entramos a ella y subimos las escaleras para entrar al cuarto –esa puerta de allí, es el bañó, allí mismo están nuestras toallas, báñate; te esperaré abajo– sentí escalofríos cuando escuché ‘nuestras’ me dijo y sin más salió, entré al baño y vi que estaban las toallas, una decía Jaejoong y la otra Yunho. No necesité ser un experto para saber cuál sería la mía, entré al baño y me duché.

     Estuve un rato pero, me percaté de algo… ¿mi ropa? Luego de recordarlo, no estaba; apresurado salí, tomé la toalla, me cubrí para ir a buscar a Yunho-ssi, pero al salir del cuarto de baño me encontré con Krystal-ah.

     –Jaejoong-ah– me sorprendí de verla allí –El señor me ha dicho que viniera a ayudarlo a vestirse– espera ¿ayudarme a vestirme? ¿Y YO QUÉ ERA, UN IDIOTA? Cosas así pensé, porque me molestó que la enviara para “ayudarme a vestir”.

     –¿Ayudarme a vestirme?– pregunté –Yo puedo solo, gracias Krystal-ah– le dije –¿dónde está mi ropa?– la miré, preguntando por MI ropa, por supuesto, la que traje puesta.

     –Está en el armario– dijo ella, caminando hacia allá y abriéndolo, sacó algo que, definitivamente no era mi ropa, era… ¿era ropa formal? Sí, eso era.

     –D-disculpa pero, e-esa no es mi ropa– le advertí y ella rió bajito tapándose su boca con su mano, gesto que me pareció adorable.

     –Claro que si, Jaejoong-ah, esta es la ropa que el señor ha dicho que debes llevar de ahora en más– ¿llevar de ahora en más?, ¿él ha dicho? ¿Por qué?... No podía usar eso, no es que fuera vergonzoso como lo fue el traje de baño pero, no era ropa que usara a menudo.

     –Krystal-ah… p-perdóname… pero, yo no voy a usar eso– me resistí, no quería, no podía – p-por favor, ¿podrías darme mi ropa? La que traje conmigo.

     –Oh, Jaejoong-ah, esa ropa fue tirada por orden del señor– en ese momento me sentí choqueado… ¿con qué derecho él tiraba mi ropa? Eso fue atrevido y grosero de su parte, lo admito. Me enojé, por lo que ahora, menos usaría esa ropa.

     –No voy a usar eso… ¡quiero mi ropa devuelta!– exclamé enfurecido mirándola.

     –Si no usas eso, pues bien, irás desnudo por la casa de ahora en más– la voz fuerte de Yunho-ssi llamó nuestra atención, quien iba entrando por la puerta de ‘nuestra’ habitación. Inmediatamente lo observé y fruncí mi ceño, estaba molesto. Entiendo que quisiera que usara esa ropa pero ¿tirar la mía?

     –¡Quiero mi ropa devuelta, Yunho-ssi!– le exigí, más él solo se sentó en la cama y con una sonrisa me dijo que no, que la había tirado porque era fea.

     –Además, esto no es la escuela, no necesitas un uniforme escolar– la ropa que traía puesta, era la del instituto. Cuando el señor Changmin me secuestró, iba saliendo de clases.

     –¿Pero por qué las tiró, Yunho-ssi? ¡Es un atrevido!– me acerqué a él en ese instante y quise abofetearlo, pero no sé porque no lo hice.

     –Te lo dije, no las necesitas, te daré ropa más hermosa que esa; te llevaré a lugares hermosos y además de todo eso, te daré la mejor de las vidas cuando nos casemos– ¡¿LA MADRE DE QUIÉN?! ¡¿CASARNOS?!

     –¿C-casar-nos? – ¿quién demonios le dijo que a él que yo era gay? Lo miré atónito.

     –Sí, nos casaremos en unas semanas– me dijo sonriendo.

     –¡Atrevido!– le grité y lo abofeteé, ahora si lo hice y él me miró con asombro –¡Usted es un atrevido! Además ¡No me gustan los hombres!– y quise salir corriendo pero Yunho-ssi me había atajado, tomándome de ambas muñecas mientras yo volteaba el rostro para no mirarlo –¡Déjeme!– le pedí con los ojos cerrados.

     –Te lo perdonaré porque es la primera vez, pero no lo hagas de nuevo, Jaejoong– y pude notarlo, noté el enojo en su voz. Y entonces, lo hice una segunda vez a propósito cuando vi que él me había soltado, pero él lo detuvo de nuevo y me miró más enfurecido aún –Mira, Kim Jaejoong, no me lo pongas difícil, hazlo por ti, no por mi–.

     –¡Ya le dije! ¡No usaré esa ropa, lléveme a mi casa!– le grité, más que triste y enfadado porque botara mi ropa, estaba impresionado ¿Era ése el gran y asombroso Jung Yunho-ssi que todos respetaban y admiraban? –¡Le exijo me lleve a mi casa o le digo a todos quien es usted en verdad!– le amenacé, pero él solo rió y luego me miró.

     –¡Te recuerdo estás secuestrado…– me restregó en la cara en ése momento –… y no estás en posición de decir ciertas cosas o hacer otras; ni mucho menos de exigir nada– me tomó un poco más fuerte –Así que, ahora vístete que tengo hambre– y salió dejándonos solos a Krystal-ah y a mí.

     –Ya oíste al señor, Jaejoong-ah; vístete o si no se enfadará más– me seguía preguntando ¿Era ése el mismo Jung Yunho-ssi que todo el mundo admira?, pensé mientras mi corazón se estrujó y tomé la ropa para ponérmela pero… no pude solo, Krystal fue muy amable y me ayudó –Jaejoong-ah, ven, debes peinar tu cabello– y ella lo peinó, según lo que dijo, era justo así como le gustaba a Yunho-ssi.

      Mi cabello estaba de una manera extraña desaliñado, pero a la vez arreglado. Sí, era algo raro.

     –Jaejoong-ah– escuché que Krystal me llamó y de manera triste la observé –Ven, es hora de bajar, el Señor te espera abajo– ella se dirigió a la salida mientras yo la seguí, bajamos las escaleras dentro de la cabaña y luego salimos de la misma.

     Al llegar al lugar donde se supone ‘el Señor’ me esperaba, vi la grande mesa y a él sentado en ésta. Era lo más elegante que hubiese visto para tomar un almuerzo, él me observó y recuerdo como Krystal-ah me susurró “le encanta como te ves”.

     –Siéntate allí– me señaló Yunho-sshi, el asiento frente a él. La mirada que aún tengo presente le dirigí en ése momento fue de suspicacia, estaba desconfiado de él –Te ves muy hermoso– lo ignoré y me senté.

     Los platillos habían comenzado a ser servidos y ambos estábamos en silencio.

     –¿Krystal te cortó la lengua cuando los dejé?– me preguntó en son de burla, más yo solo lo miré para luego desviar la mirada, me percaté una vez más de cuan hermoso era el paisaje, ¿cómo era posible que ése chico tuviera una casa de campo como ésa en un lugar como ése? –Así que vas a ignorarme– se rió –Bueno, es el primer día, veamos cuanto vas a durar así– me dijo, empezando a comer, la comida se veía deliciosa, pero no pensaba probar esa comida –Empieza a comer, se enfriará– se que lo dijo amablemente, pero no daría mi brazo a torcer, o eso creí yo en ése instante.

     –No– dije sin más, él levantó la mirada y clavó sus marrones pupilas en mis oscuras esferas oculares.

     –¿No, qué?– posando los cubiertos de un lado del plato, pero aún los tenía agarrados.

     –No voy a comer– dije retándolo, perfectamente vi cuando él hizo presión en ellos con su mano, comenzó a molestarse.

     –Jaejoong, es mejor que comas– me dijo, fingiendo amabilidad, pero sabía perfectamente que ya estaba molesto, muy molesto tal vez.

     –No lo haré– me levanté y empecé a caminar, pero escuché el sonido de los utensilios contra el piso y un agarre fuerte en sobremanera que me obligó a voltearme y vi por primera vez la cara de Yunho-ssi enfurecida, tanta que me gritó.

     –¡NO OLVIDES QUE ESTÁS SECUESTRADO!– me dijo de nuevo y eso me hizo incomodar –¡¡ADEMÁS DE ESO, ÉSTA ES MI CASA, NO LA TUYA; SE HACE LO QUE YO DIGO, NO LO QUE TÚ!! ¿ENTIENDES?– agitó mi cuerpo sacudiéndolo con brusquedad, eso de cierta forma me hizo temer, porque, pensándolo bien… era su casa, en un lugar en las montañas, sus sirvientes hacían lo que él decía y…  él no era lo que todos creían ¿Y si me asesinaba?, el temor definitivamente entró en mí. Con destemplanza me aventó en la silla y al borde de la locura me gritó de nuevo –¡¡AHORA TE SENTARÁS Y LO COMERÁS TODO, SINO TE CORTARÉ LA CABEZA, KIM JAEJOONG!!–.

     Vi como él se sentó con pesadez en su asiento y se frotó las sienes, vi como Krystal-ah sorprendida se acercó a él, cuando la llamó para pedirle unos utensilios nuevos, ya que los suyos acabaron en el piso cuando osó en tomarme con hostilidad unos momentos antes.

     –Come– fue lo último que oí de él y lo hice; comencé a comer, pero era  demasiada comida para mí y me detuve –Todo– dijo sin más cuando aparté el plato.

     –No puedo comer más– dije quedito con timidez, más él insistió.

     –Come lo que queda, Jaejoong– me miró con amenaza y lo hice, comí el resto. Comencé a sentirme mal, era demasiada comida para mí.

     De pronto vi como Krystal-ah traía otros platos consigo y eso comenzó a preocuparme… si comía algo más, el resultado no sería bueno.

     –El postre– dijo ella.

     –Luce delicioso, ¿Lo hiciste tú de nuevo?– su cara lucía más relajada.

     –Minnie me ayudó– le respondió.

     –Oh, la próxima hazlo tú– en ése momento pensé, que quizás ellos se querrían por su forma de tratarse, lo que me llevó a pensar ¿qué quería exactamente Yunho-ssi de mí?

     –Está bien– ella sonrió y se retiró.

     –D-disculpe… Yunho-ssi– dije mirando la vasija con el contenido delante de mí, él me miró, alcé mi viste y vi como su mirada era severa, totalmente distinta a la que le había dedicado a Krystal-ah –Y-yo… no puedo comer más…–

     –Si puedes, porque lo harás, cómetelo– me dijo, tomando otros utensilios –no querrás herir los sentimientos de Krystal, ¿o si?– lo miré y lo imité… pero estaba seguro que algo ocurriría y no era bueno.

     Y entonces lo sentí, sentí aquella horrorosa sensación, de prisa me levanté y caminé rápido, buscando un lugar específico. Algo me lo impidió, ¡Dios mío Yunho-sshi, déjeme por un momento!

     –¡Regresa a comer! – quise soltarme de su agarre pero no pude, con una mano tapaba mi boca mientras que la otra estaba sujetada por la de él, yo negué, esperando que entendiera mi situación pero él no lo hizo y me haló –¡Que regreses te digo!–.

     Comencé a forcejar, necesitaba alejarme, sino algo malo ocurriría. Él solo hacía agitar mi cuerpo y ocurrió; vomité, vomité sobre él. Instintivamente él me empujó para alejarme de sí mismo, pero había sido tarde, porque todo cayó sobre él.

     –Lo siento…– me disculpé un momento después tapándome la boca.

     –Demonios– susurró –¡Krystal!– llamó, ella vino en un instante –llévalo a que se cambie, iré a bañarme y luego recoge la mesa. Se me quitó el apetito– me miró acusativo, me sentí culpable. Ella estaba sorprendida.

     –¿Él está molesto, verdad?– le pregunté luego de haberme cambiado.

     –No, sólo está un poco alterado porque hoy le han pasado muchas cosas– me dijo, acomodándome la corbata.

     –¿Lo conoces mucho, no?– ella sonrió.

     –Sí, soy como su hermana, crecimos justos prácticamente– me dijo.

     –¿Entonces porque eres su sirvienta?– le pregunté.

     –Estoy esperando entrar a la universidad y él ha pagado todos mis estudios y los de mi hermano mayor, por eso en vacaciones por agradecimiento trabajo para él, él me dice que no es necesario, más yo así lo deseo– la miré sorprendido.

     –Wow… ¿Puedo saber porque ha pagado todos tus estudios?– le pregunté.

     –Mi padre murió en un accidente y mi madre… a raíz de todo lo que ocurrió tras la muerte de mi padre, intentó suicidarse y todo le salió mal, lastimándose; afectando así una parte de su cerebro, lo que hizo que quedara loca– hizo una pausa –Se encuentra en un hospital psiquiátrico, pagado por Yunho-ssi– me sorprendí –Estás listo– me dijo.

     –Krystal ¿Podrías dejarnos a solas?– él entró y eso pidió, Krystal con una sonrisa asintió y nos dejó a solas, yo solo bajé mi mirada. Me sentía muy avergonzado –¿Podrías explicarme porqué vomitaste?– se mostraba serio.

     –Lo sient…–

     –No te pedí que te disculparas, te pregunté por qué lo hiciste– se me acercó y yo me alejé, por su semblante creí que me golpearía o algo así.

     –Y-yo… yo…– estaba nervioso, muy nervioso.

     –¿Tú…?– ¿debería decirle?

     –Yo…–

     –¿Podrías responderme de una buena vez?– exigió perdiendo la paciencia. Me asusté al oírlo así.

     –Yo… yo tengo un problema…– me miró atento –cuando como más de lo que debo, vomitaré todo al instante… intenté evitarlo, pero usted me obligó a comer…–

     –¿Cómo es qué yo no sabía eso?– se lo dijo para sí mismo –¿tiene eso que ver acaso con tu operación?– ¿mi operación?... ¿cómo rayos sabía él de mi operación? Lo miré por un instante sorprendido… sobre mi operación solo sabíamos Junsu, Hyunjoong y mi familia, claro.

     –¿Cómo sabe usted sobre mi operación?– pregunté sin tapujo. Necesitaba saberlo, era algo que siempre deseé mantener en secreto. No es que fuese algo del otro mundo ser operado de apendicitis pero, sigue siendo molesto que todos sepan tus problemas y debilidades.

     –Eso no importa, ¿tiene o no que ver?– lo miré frunciendo el ceño.

     –¡Dígame una cosa!– esperé su reacción más no hizo nada –Quiero saber, ¿por qué me trajo a aquí? ¡Dígame por favor! ¿Cómo sabe de mi operación? Y lo más importante, qué quiere de mi?– él sonrió y se sentó en la cama.

     –¿Qué no era una cosa?– respondió.

     –¡Dígame!– di un paso adelante.

     –Dime primero si tiene o no que ver– se opuso.

     –No es justo; usted me secuestró, me obligó a comer y a usar ropa que no me gusta; eso sin contar que hizo que me metiera a la piscina en traje de baño. Es justo que me responda–.

     –Está bien– fue extraño lo que ocurrió seguido de eso, me sonrió. Sí, sé que me sonriera es normal, lo que no me parece normal fue su forma de sonreírme, fue… no lo sé ¿hermosa? No supe como describir ese sentimiento.

     Yo me senté esperando por su respuesta ya que él se había quedado como pensativo, entonces lo que ocurrió me dejó sin aliento. Él se había lanzado sobre mí, su cara quedó muy cerca de la mía y era vergonzoso.

     –Y-yuho-ssi… ¿Qu-qué hace?– su cara estaba muy cerca de la mía y no era bueno eso…
     –Respondiendo a tu pregunta– y vi como maliciosamente sonrió y temí por mi seguridad, rápidamente intenté levantarme más él no me dejó –quédate quieto, Jae– me dijo.

     –¿Qu-qué va…?–.

     –Shhh– me chitó para que me callara –sólo quédate quieto, no te haré nada– me respondió pero no le creí, así que comencé a moverme inquieto intentado que se levantara –por un demonio Jaejoong, quédate quieto; no te haré nada, sólo voy a responderte– que excusa tan pobre, pensé.

     –¿Pero por qué a-así?– le pregunté.

     –Porque así lo entenderás de una vez por todas–.

     –¿Eh?... ¡uh!– me besó, ¡ME BESÓ!, ¡ME BESÓ POR SEGUNDA VEZ! –De…uhm…Deten…eh…– seguía luchando contra él, hasta que lo golpeé en el pecho y se detuvo –¡Por favor, ya de-deténgase, d-deje de ha-hacer eso…!– cerré mis ojos con mucha fuerza. Sentí que en ése momento mis ojos se llenaban de lágrimas.

     –¿Por qué lloras?– pude notar como su pregunta era de manera dulce.

     –¡¿Có-cómo q-que por-porqué?!– respondí entre sollozos –¡P-pues porque u-usted m-me besó de nuevo!– cubriendo mi cara con mis manos, hoy en día me pregunto: “¿Por qué fui alguien tan tímido?”.

     –Haber, ya no llores más– me dijo, tomando mis manos y abrazándome, al principio me resistí pero luego me dijo que no me haría nada y como tonto le creí. –Me dijiste que te respondiera, ¿no?– yo solo asentí con parte de mis manos en mi cara, mientras sentí como Yunho-ssi me sentaba sobre sus piernas y comenzaba a acariciar mis cabellos –Bueno, ¿ése beso no te lo dijo?– lo miré, aún con rastros de humedad en mis ojos, y ante mi mutismo y mi silencio él sonrió –Jae, tienes quince años, ¿cómo puedes ser tan inocente?– yo lo seguía mirando –Bien, te lo diré. Me gustas Kim Jaejoong– mis ojos se abrieron a más no poder. –No, espera, no me gustas. ¡Te amo Kim Jaejoong!– y besó mis pestañas húmedas.

     –¿Qué… dice?– me quedé sin habla.

     –Jaejoong, se todo sobre ti. Conozco la mayor parte de las cosas que te ocurren…– todo lo que escuchaba me impresionaba ¿cómo era que yo podría gustarle al importantísimo Jung Yunho-ssi? –Por eso te traje acá. Porque te quiero conmigo solo éste fin de semana. Muero de celos al verte con tus amigos, al ver  como no te das cuenta de mis miradas. Siempre estoy cerca de ti y tú tan despistado eres que ni siquiera notas la cantidad de gente que está a tu alrededor–.

     –…– me quedé en silencio, no sabía qué decir o hacer. Y aunque me molestó que me trajera con él no pude ya reclamarle.

     –Por eso te traje, necesitaba que supieras mis sentimientos– me miró con un dejo de tristeza y entonces continuó –porque, me duele que si tropiezas conmigo, te disculpas sin siquiera mirarme a la cara y continuas adelante. Muchas veces yo provoqué que chocases conmigo y aún así me ignorabas, ni siquiera notaste quien era– no podía creer nada de eso.
     –¿Cómo sabe todo sobre mí, si nunca hemos hablado, Yunho-ssi?–.

     –Junsu es primo de Yoochun, Yoochun es mi mejor amigo. Él estudia en el liceo y le pedí que fuese tu amigo a como diera el lugar ya que sabía que él estaba en tu mismo grado. Usé mis contactos para que quedara en tu sección justo al lado de tu silla. También sé tus horarios, que tienes ocho hermanas mayores y que tú eres más hermoso que todas ellas– cada que Yunho iba hablando, yo me iba sorprendiendo más ¿Quién demonios era en verdad éste muchacho?...

     –Creí que Junsu era mi amigo de verdad…– dije entristecido. Y entonces recordé cuando Krystal-ah le dijo a Changmin ; “Changmin, él salió y dijo que volvería en dos horas, si no mal recuerdo creo que fue a encontrarse con el joven Yoochun-sshi”; Junsu también me dijo un día: “¿Sabes Jae?, mi primo Yoochun estudia aquí dos años más que nosotros y él es asombroso en todo lo que hace”.

     –Lo es– me afirmó y yo fruncí mi ceño apartándome bruscamente de él.

     –¡No lo es!, ¡Él solo es mi amigo porque usted se lo pidió!– me sentí traicionado, solo confiaba en él y el en Hyungjoong.

     –Sí lo es. Luego de que me dijera algunas cosas los primeros meses, un día se disculpó y me dijo que lo sentía pero que no podría hacerle algo así a una persona tan linda como tú–.

     –¿Quire decir que ya no le dijo más nada en estos dos años?– pregunté intrigado. Aún me sentía enojado y tan pronto saliera de allí Junsu me escucharía, solo ése fue mi verdadero deseo en aquél momento efímero.

     –Exactamente. Eso fue en el segundo año cuando entraste a estudiar aquí por la transferencia de que te mudaste de locación– seguía incomodándome que supiese tanto sobre mí –Cuando él me dijo eso me enojé y le grité preguntándole que si le gustabas y que si era así, lo lamentaría porque yo había puesto en ti mis ojos mucho antes que él– hizo una pausa para mirar mi asombro –Él me dijo que no era nada de eso, pero que él era tu amigo y no te traicionaría así– de todas formas lo hizo, dije para mí mismo.

     –¿Por qué…? – no terminé ya que él era tan inteligente que adivinó mi pregunta.

     –¿Por qué hice todo eso?– yo asentí –Porque vi que eras muy pegado a Jessica y a ése amiguito tuyo, Hyunjoong y quería saber que eras de ellos– hizo un notorio énfasis con desagrado al decir “ése amiguito tuyo, Hyunjoong”.

     –Pero… yo conocí a Jessica muchas semanas después de que usted hiciera todo eso y Junsu estuviera en mi clase…– creo que me dolía la cabeza de tratar de entender esta situación.

     –Si, pero a Hyunjoong no, él siempre ha sido tu amigo y los veo juntos todo el tiempo– me dijo, ¿cómo sabía él eso si me conoció cuando entré por transferencia? Y no dudé en hacerle esa pregunta –Jae…– suspiró cansado, lo sabía. Yo era tan torpe que obstinaría a cualquiera. Al final rió bajito y tranquilo –¿Sabías que vivimos a tres calles el uno del otro?– estaba bromeando conmigo ¿verdad?

     –Usted está bromeando, lléveme a mi casa por favor– le pedí levantándome. Él me tomó de la mano cambiando su semblante relajado a uno más serio.

     –No estoy bromeando Jaejoong y tampoco te llevaré a tú casa– eso me enojó. Y volteé a él bruscamente.

     –¡Lléveme!– él se levantó y la diferencia de estaturas era muy obvia.

     –¡No te llevaré, te dije!–.

     –¡Si realmente me amara usted no haría esto!– eso fue raro, porque recuerdo que esa frase la escuché en una de las telenovelas que mi mamá ve por las tardes. Él rió.

     –Dime ¿de dónde sacaste esa frase?– demonios, me descubrió. Pensé en ése entonces.

     –De mi cerebro, ¿qué no ve?– él rió de nuevo.

     –Jae, te conozco, tú no dices esas cosas– y se puso serio.

     –Pues, al parecer no me conoce– no quería perder ante él –Si realmente me amara usted me haría feliz, como lo hace mi novia– ¿por qué demonios dije eso?. El silencio reinó.

     –Tú no tienes novia– dijo en tono serio. Yo sonreí ante él.

     –¿Qué sabe usted?– no sé porque mi actitud cambió. Pero quizás fue porque estaba enojado. –Usted solo me espía como un tonto. No sabe que hago con mis mensajes de texto, ni que escribo. Tampoco sabe a quién llamo…–

     –Cállate Jaejoong…– genial, estaba logrando lo que quería ya que su voz sonaba forzada.

     –… No sabe si algunas de las amigas que llegan a mi casa son o no mi novia. Usted solo sabe lo que ve, más no lo que no ve y…–

     –¡Que te calles, maldita sea!– y lo siguiente que vi fue un jarrón muy hermoso volar por uno de mis costados y el techo de la habitación donde me encontraba con Yunho-ssi sobre mí. También sentí un fuerte dolor de cabeza y mi espalda contra el piso. Mi cabeza se había golpeado también con uno de los bordes de la cama y por si fuera poco, intentando sacarme a Yunho-ssi de encima, que lucía como una fiera y de verdad creí que me mataría me corté parte de mis brazos con los trozos afilados.

     –¡Yunho-ssi, duele, Yunho-ssi!– le decía con ganas de llorar y mi voz entre cortada.

     –¡JAE!…– me miró sorprendido –¡Jae, lo siento! ¡Ven, vamos a lavarte rápido!– me levantó  cuando vio algunos rastros de sangre –¡Rayos!– llegamos rápidamente al baño y  metió parte de mi cabeza bajo el agua que salía del lavabo  –Perdón Jaejoong– se disculpó mientras sentí como movía sus manos entre mi cabellera un poco larga mientras yo solo lloré. No lloré por idiota; sólo que tenía miedo y la sangre siempre se había cagado en mí. Me asustaba la sangre.

     –Duele…– reconozco que mi voz sonó más lastimera que cualquier otra vez, pero para ése momento, él comenzó a darme miedo. Le tuve miedo en ése entonces.

     –Demonios Jae, perdón– sentí como sacó sus manos de mi cabello –quédate allí, lávate los brazos, Jae– se alejó; trajo una de las toallas y cerró el grifo y acercó a su cuerpo al mío  y comenzó a secarme –Jae, de verdad lo siento, nunca quise que esto te pasara– decía mientras me secaba el cabello.

     Yo no le respondí nada, lo que recuerdo continuó después de todo eso fue que salimos del cuarto de baño y nos adentramos al área del dormitorio y me invitó a sentarme en “nuestra” cama, sí, se que lo repetí muchas veces pero, aún no puedo siquiera superarlo. Para ése instante mi pequeño llanto se había paralizado. Entre buscó desesperado en todos los cajones que iba encontrando a su paso. Comenzó a caminar hacia la entrada y cuando estuvo a punto de salir se detuvo y me miró. Para ése momento yo tenía mi vista al piso y su voz llamó mi atención y lo miré. –Jae, presiónate la herida de la cabeza, para que el sagrado se detenga más rápido– yo no le respondí, solo lo hice y llevé mi vista a un punto inexistente en la pared –Y Jae…– llamó de nuevo y volteé a verlo en silencio con mi cara neutra, inexpresiva –De verdad, perdóname– yo lo noté, hasta un despistado de primera como yo, pudo notarlo… Su mirada era de tristeza. Y salió de la cabaña.

     Al encontrarme solo comencé a llorar, necesité hacerlo. ¿Por qué lloraba? ¡POR TODO!, tuve una mezcla de sentimientos dentro de mí y no sabía qué hacer. Sentí confusión, enojo, tristeza, rabia, miedo… Me sentí desorientado. Si él realmente decía amarme ¿por qué me agredía de esa manera? Siempre había escuchado que una persona que ama a otra no le hace daño ¿Entonces por qué él me obligó a hacer cosas que no quise?... Si era verdad todo lo que me dijo y que dijo sabía de mi… era algo aterrador, pero ¿me seguiría por siempre?... ¿Me regresaría a mi casa?... ¿qué haría conmigo?... Tuve miedo, mucho miedo. Estaba llorando muy alto, no evité ocultarlo. De nada servía, él dijo que no me llevaría de vuelta mi casa.
     No hubo pasado mucho tiempo luego de que Yunho-sshi dejara la habitación cuando entró en ella con cosas recuerdo eran para curar heridas y desinfectarlas.

     –¡¡Jaejoong!!– escuché que me llamó y ejercí presión en mis ojos cerrándolos para no verle a la cara. A los segundos sentí como había sido abrazado protectoramente y sentía como si él quisiera unir nuestro cuerpo en uno solo –¡Jae, no llores, por favor. Lo lamento ¿si?– me decía mientras me apegó mucho más a él. Yo instintivamente lo abracé muy fuerte. No entiendo en qué consiste abrazar a tu agresor, pero era lo único que tenía y lo necesité así que inconscientemente lo hice. Repentinamente él intentó separar mi cuerpo del suyo para verme a la cara pero yo no quise, así que me apegué a él –¿Por qué lloras?–.

     –¡No…!–.

     –¿Aún te duele? Dime, por favor– casi suplicó.

     –¡¡Uh!!…– aún tenía mis ojos cerrados.

     –Bien, no me digas entonces pero, debemos limpiarte… sino la sangre no se detendrá y tú odias la sangre– me dijo, intentado separarme. Entonces me alejé un poco y me sentó en la cama –Ya no llores más, se que duele pero pronto se aliviará– él me puso unas banditas, pero antes de pegarla, me dio un besito donde tenía cortes y continuó presionando mi cabeza mientras me decía –Cuando era niño, mi mamá siempre daba pequeños besitos donde me dolía y ¿adivina?– yo mientras él habló le entregué toda mi atención. Que me diera esos besitos me hizo sentir cositas en la barriga –El dolor sanaba más rápido y entonces podía ir a jugar pronto– él siguió en la tarea de presionar la parte derecha de mi cabeza hasta que el sangrado se detuvo –Listo, ya estás– y me sonrió.

     –…– permanecí en silencio.

     –Jae, de verdad lo lamento… al traerte aquí, mis intensiones no han sido jamás herirte. Creo que tienes razón, no te conozco. Siempre te he visto como una persona tímida y torpe; muy descuidado también– yo lo miré sin emitir sonido alguno –pero no sabía que podías ser alguien tan terco de convencer y menos si estás enojado– sonrió irónico. No lo sé, quizás por creerse muy conocedor de mí.

     Mi llanto paró y logre articular una pregunta.

     –¿Por qué traerme aquí?– él me miró ante mi pregunta.

     –No lo sé, quizás quería hacerlo romántico– lo miré sorprendido.

     –¡¿Romántico?!– respondí con asombro –¡¿Cómo podría ser romántico para alguien ser secuestrado Yunho-ssi?!– él me miró intrigado.

     –No lo sé, solo lo creí–. Me dijo sin más. Por unos instantes hubo silencio donde solo el aire acondicionado se escuchaba hasta que una duda afloró en mí.

     –Y-yuhno-ssi…–llamé y él dirigió su vista un poco preocupada hacia mí.

     –Dime, Jae–.

     –Me… m-me llevará a mi casa, ¿verdad?– él me miró enternecido y acarició mi cabeza con delicadeza.

     –Por su puesto, Jaeboo– me respondió sonriendo y eso me alivió un poco, me sorprendió la forma en cómo me llamó –No tengo planes de sacarte de tu vida normal, solo quiero que estés conmigo éste fin de semana– se levantó para salir y lo tomé de la manga de una hermosa camiseta casual en azul eléctrico con lunares en blanco al final de las extremidades.

     –¡Uh!– llamé yo de nuevo, él sólo me miró –Es-esto… mis padres… e-ellos…?– pregunté y como lo hizo hace algún rato entendió.

     –Jaeboo, ellos están de viaje junto con tus hermanas ¿lo olvidaste?– y debo aceptar que eso me estremeció, incluso él lo recordó y yo no.

     –Oh… es verdad…– y él comenzó a reír y rió mucho. Yo no entendía porque lo hizo, entonces pude verme a mí mismo en una situación de algún comic, con múltiples signos de interrogación sobre mi cabeza.

     –Jae, jajajaja– él continuó riéndose y se acercó a mí –Es eso exactamente lo que amo de ti– y puedo jurar que me sonrojé –Ni siquiera lo recordabas–.

     –Eh…– no supe que decir hasta que pensé en otra cosa –¿Cuándo me llevará a mi casa?– él me miró y pude ver como su mirada era seria.

     –¿Tanto aborreces estar conmigo?– su pregunta me descolocó, debo aceptarlo.

     –Yo… Y-yo no quise d-decir…– no sé porque me puse nervioso, quizás pensé que me golpearía de nuevo o ¿fue acaso temor a herir sus sentimientos?...

     –Jae, sé que quizás no te agrado y con lo que te hice hoy, te entiendo completamente pero…– ésa vez fui yo quien le interrumpió.

     –¡No me refiero a eso Yunho-sshi!– dije con muchas ganas de hacerle entender que no era por aborrecer estar a su lado.

     –¿Y entonces a qué?– su miraba fue como si de escudriñar algo en mi mirada se tratara, como queriendo ver mi alma a través de mis ojos.

     –Es… es que, quiero irme a mi casa porque la extraño…– dije con la verdad, pero su cara se ensombreció.

     –Antes de que llegue el lunes por la mañana, estarás en tu casa…– me dijo sin más y salió. Me dejó solo en la habitación. Al principio me quedé allí sentado en la cama pensando en todo lo que había ocurrido. Al rato me sentí aburrido y al ver el desorden de las cosas, decidí tomarlas y dejarlas en la pequeña mesita al lado de la cama. La toalla mojada la doblé y la dejé a un lado también y recordé que estaba mojado y como si fuera mi armario, caminé hasta donde se encontraba y abrí la puerta para ver dentro y sacar una playera para cambiarme.

     Cuando estuve listo me acerqué al tocador para mirarme en el espero que se encontraba justo frente a la elegante cama cubierta con un edredón marrón, con vuelitos al final y una que otras líneas blancas. A simple vista, parecía una escultura y perdido en cómo se veía de hermosa la recorrí con mi vista hasta toparme con los rastros de vidrio del jarrón. Mis ojos permanecieron un largo rato allí, hasta que escuché la puerta abrirse y cerrarse. Por ella entró Krystal-ah con una escobilla y un recipiente para recogerlo y deshacerse de los rastros. Yo la miré  a través del espejo.

     De pronto noté algo, una de las paredes de la cabaña era de puro vidrio y se veían parte de las montañas y muchos hermosos árboles, de diferentes figuras y tamaños. La fauna era hermosa y cautivó todos mis sentidos. Debido a que mi vista estaba perdida, el silencio fue sepulcral hasta que noté que comenzaba a atardecer y antes de que la chica de servicio saliera alcancé a preguntarle.

     –E-espera…– me acerqué a ella quien estaba ya justo en la puerta. Ella esperó a que hablara –Y-yuho-sshi… ¿dónde se encuentra?– ella me miró en silencio, su mirada fue incompresible para mí en aquél entonces, pero ahora la describo como una mirada de tristeza y rabia.

     –Estará de regreso en un rato– respondió con un tono muy neutral.

     –¿T-tardará mucho?... – ¿Qué demonios estaba ocurriendo conmigo?

     –¡Jaejoong-ssi!– exclamó mi nombre con un poco de enojo, fue notorio –¡¿Por qué preguntas por él? Si tú no has hecho nada más que hacerlo sentir mal desde que estás aquí. ¡Le estás quitando su paz!– ella estaba enojada. Muy enojada.

     –¡Lo sient…!–.

     –¡Krystal!– la gruesa voz de Yunho-ssi se escuchó más fuerte aún.

     –Yunho…– nombró.

     –¿Cómo te atreves a hablarle así?– él no se veía agradable.

     –Yunho yo solo…– ella susurró.

     –¡Tú sólo nada, no es de tu incumbencia todo esto!– eso hasta a mi me dolió. ¿Por qué la trataba así?

     –¡Yunho-ssi!– le llamé preocupado –¡Por favor, no le hable así. Todo ha sido mi culpa!– me disculpé –¡Por favor, no le hable mal… yo lo siento mucho Krystal…– y la miré a ella también, quien en silencio salió y quise ir tras ella, pero Yunho-ssi me tomó del brazo y me lo impidió.

     –De eso me encargaré yo más tarde– yo solo la vi preocupado marcharse. A ésa chica se le notaba a leguas que lo amaba.

     –P-pero…–.

     –Pero nada.– me aparté de su agarré y subí mi rostro para tener nuestras caras frente a frente –Vamos a cenar– me dijo sin más.

     –Prométame que no me hará comer más de lo que debo– incluso hoy me pregunto ¿cómo rayos yo exigí aquello como si tuviésemos la confianza de toda la vida?

     –Está bien– me hacía sentir tan mal que ahora fuera tan distante de mí. Nunca antes habíamos hablado pero… lo más cercano a conocer alguien allí era él, el señor Changmin y Krystal y ella me odiaba ahora.

     Al cenar comimos dentro de la moderna casa. La elegante, en el mismo lugar donde yo había tomado mi desayuno. La cena transcurrió en silencio. Solo se escuchaban los utensilios chocar con los platos.

     –G-gracias por la comida– dije al terminar de comer, él me miró unos instantes y luego me sonrió.

     –Jaejoong, eres libre de andar por los jardines solo– eso me dejó desorientado.

     –Yo…–

     –Pero no intentes escapar. – su tono fue amenazante – Te lo diré desde ahora mismo, estamos solos en las montañas. Toda esta zona montañosa pertenece a mi familia y no es ni la mitad de grande de lo que puedas imaginar por lo que, no hay nadie que no vaya a estar de mi lado. Por otra parte hay animales peligrosos y no queremos que te hagas daño, ¿no?– yo sólo asentí nerviosamente. Si cuando me dijo que me cortaría la cabeza daba miedo. Ése tono, me producía diez veces más miedo que ver a la niña del Aro. –Yo iré a mi habitación– se levantó y se fue. A lo lejos escuché como llamó a Krystal y se perdieron por las escaleras.

     Vi que las personas se acercaron a recoger los platos y vasijas, así que decidí ayudar pero me lo impidieron así que les pedí me dejaran y ante mi insistencia me lo permitieron. Cuando entré a la cocina quedé fascinado, era demasiado hermosa. Era tan parecida a las de las películas y programas de televisión.

     –No debería hacer eso, joven– me advirtió un chico que aparentaba más o menos mi edad. Dijo eso, refiriéndose a mí, lavando los utensilios usados. Yo lo miré y le respondí.

     –Oh pero, quiero ayudar– le dije sincero.

     –El señor Yunho se enojará con nosotros– se acercó hasta a mí para detener lo que yo estaba haciendo.

     –No debería, soy yo quien se ofreció a lavarlos– excusé, en lo que una chica llegó y me quitó todo –Vamos… si no le dicen él no sabrá– me incomodaba que todas esas personas hicieran eso sin yo tan si quiera ayudar un poco.

     –¿Por qué no vamos afuera?– me sugirió y yo asentí resignado. No podría hacer que me dejaran ayudar en la cocina.

     –¿Cómo te llamas?–  le pregunté, ya estado afuera. Él miraba en cielo, parecía que iba a llover.      –Cho Kyuhyun, es un placer conocerte Jaejoong– ¿por qué todos ahí sabían mi nombre?, fue tan incomodo, de verdad.

     –Igual, Kyuhyun– sólo sonreí, recuerdo que hablamos muchas cosas, como que queríamos estudiar al entrar a la universidad, qué cosas nos gustaban hacer hasta que una muchacha de la servidumbre lo llamó y me quedé solo.  

     Yunho-ssi había dicho que podía ir donde quería, siempre y cuando no intentara escapar y eso era algo que definitivamente no iba a hacer aunque él no me hubiera advertido que todo eso pertenecía a su familia. En serio, era muy grande.

     Caminando por allí, contemplando la belleza de ése lugar, el cual esperaba no pisar nunca más si Yunho-sshi me regresaba a mi casa, vi al señor Changmin sentado en una gran roca y ¿estaba fumando?.

     –Buenas noches– saludé, ¿de qué otra forma pude haberle hablado?

     –Oh, Jaejoong– apagó su cigarro para mirarme, él se veía… ¿triste? –¿qué haces aquí? Deberías estar con Yunho– dijo él, yo sólo sonreí nerviosamente.

     –Creo que está ocupado y me dijo que saliera a fuera para ver cómo era– mentí. Él me miró de nuevo.

     –¿Y esas banditas?, ¿te cortaste?– me preguntó acercándose a mí. Yo automáticamente me alejé de él.

     –Oh… si, por error… ejejeje– me reí nerviosamente y sentí una mano en mi hombro que me asustó y volteé para ver rápidamente, me calmé al ver que era Yunho-sshi, quien no se mostró muy sonriente.

     –Es hora de irnos a dormir, Jaejoong– “irnos a dormir”, un poco atemorizantes esas palabras. Pero más atemorizante fue la manera en como Yunho-sshi miraba a Changminnie –Kyuhyun está adentro esperándote–. Me haló de la mano y me arrastró con él.

     Cuando estuvimos dentro de la cabaña él me dijo que no quería que estuviera solo con nadie y menos con Changmin, yo le pregunté el por qué y él tan solo me dijo que no le gustaba que estuviéramos juntos.

     –Bien Jaejoong, acuéstate– me avisó tomando unas almohadas –tú dormirás aquí y yo allá afuera– me hizo sentir mal eso, pero no quería dormir con él. No podía… ¿y si me hacía algo?, me quedé observándolo y él puso su mano sobre mi cabeza acariciándola suavemente y sentí como mi mirada de obscureció. Entonces él salió y me dejó solo en la gran habitación, muy sumido en mi culpabilidad. 

     Krystal había dicho que yo le robé la paz desde que llegué allí y eso me asustaba. Yo no quería herirlo, ni hacerlo sentir mal. Sí, fue culpa suya, por vigilarme tan detenidamente durante mucho tiempo, pero también había sido amable conmigo cuando me corté y no paró de disculparse durante mucho tiempo.

     Noté por el gran ventanal que había mal tiempo, muy malo tal vez y que seguramente iba a llover, así que empecé a rezar y rogar para que no, odiaba los truenos, siempre me habían dado miedo y allí no estaba mi mamá para que me abrazara ni nada. Así que intenté quedarme dormido, pero no pude. Cuando comenzó a llover, pude observar las que las gotas de agua caían ferozmente cuesta abajo dejando un camino en el vidrio del ventanal. Los arboles se movían fuertemente de un lado a otro, así, con mucha rudeza. De vez en cuando habían centellazos que aclaraban de manera blanquizca y muy aterradora el cielo y yo comenzaba a entrar en pánico.

     Hubo el primer trueno, yo cerré con fuerza mis ojos, intentando ignorarlos mientras cubría mi cara con la manta; otro trueno hubo no mucho tiempo después y sonó incluso más estridente que el primero así que en un acto de reflejo tapé mis oídos intentando evitar que esos grotescos sonidos se adentraran por mis orejas y se colaran en mi cerebro alterando todo mi cuerpo y mi mente. De verdad, les tenía mucho miedo.

     Estuve así mucho rato y mi cuerpo temblaba, sin darme cuenta comencé a llorar y a susurrar cosas como “mamá, te extraño”… Sí, lo sé; fui muy frágil, quizás porque mi mamá me sobreprotegió mucho, pero la verdad era que desde niño les temí a las tormentas. La razón verdadera era porque una vez, la mitad de nuestra casa fue arrastrada por una inundación que hubo en el pueblo donde vivíamos luego de una terrible tormenta y fue por eso que nos mudamos a Seúl y desde entonces comenzamos a mudarnos una y otra vez, muchas veces en un año.

     –¡Jaejoong!– escuché la voz de Yunho llamarme apresurado mientras sacudía un poco mi cuerpo –¡¿Qué te ocurre?! – y yo levanté mi cara, lo miré por unos instantes y me abalancé sobre su cuerpo, tenía mucho miedo, sólo quería que alguien me abrazara como siempre lo hacía mi mamá en esos momentos –¡Dime Jae, ¿qué te pasa?!– él seguía insistiendo al tiempo que yo sólo seguía hipando y escondiendo mi cara en la curvatura de su cuello; ahogándome en mis lágrimas, pero traté de calmarme porque Yunho-ssi estaba muy preocupado.

     –Yo…– hipé –no m-me gusta q-que llueva– froté uno de mis ojos, se me dificultaba hablar y sé que él estaba bastante preocupado, por su expresión en su cara –Me dan m-miedo los tru-enos– terminé de decir. Él me abrazó diciéndome que todo estaría bien, que no me preocupara, sé quedó así conmigo durante mucho tiempo.

     Él estaba sentado sobra la amplia cama, con toda su espalda pegada al espaldar de la misma; mientras yo estaba sentado justo a un lado, con parte de mi torso pegado a su pecho, envuelto en sus brazos, me abrazaba tan fuerte como podía cada que él sentía mi cuerpo temblar a causa de los truenos. Me susurraba muchos “Todo estará bien, no tengas miedo” o “Estoy contigo, te protegeré”.

     Poco a poco fui quedándome dormido y Yunho quiso acomodarme en la cama, pero cuando sentí el cambio de textura me desperté y lo miré atemorizado.

     –Ya dejó de llover, es mejor que duermas, me iré para afuera– me dijo de nuevo y yo sólo negué con la cabeza efusivamente.

     –Por favor, quédate conmigo– pedí en voz baja, estar cerca de él me hizo sentirme en paz y tranquilo… me sentí verdaderamente protegido. Yunho me miró enternecido, o eso creí que era lo que sus ojos transmitían.

     –Está bien, déjame buscar mi manta y mi almohada– fue por ellas y en menos de un minuto estuvo de vuelta, yo me hice a un lado para que él se acostara y mantuvo distancia de mí. Yo me sentí mucho más tranquilo, yo estaba de espaldas a él y tenía mi vista clavada en el ventanal, mirando a través del mismo. La habitación estaba tenuemente alumbrada gracias a que unos instantes atrás él la había encendido para darme tranquilidad.

     La mañana del domingo llegó y cuando desperté ya él no estaba en la habitación de la cabaña, entré al baño y luego de haberlo terminado de usar, salí y Krystal-ah estaba allí esperándome. Ella tenía una carta en sus manos y ropa casual, me dijo que la carta me la había dejado Yunho-ssi.

     En carta él explicaba porque no estaba junto a mí al despertar y también se disculpaba por eso, me dijo que tenía unos asuntos pendientes con unas tierras vecinas y que para el almuerzo estaría conmigo. También escribió que cualquier cosa que quisiera, se la pidiera a Krystal-ah. Me dijo que vestiría ropa casual ya que no quería hacerme sentir mal y se disculpaba por haber tirado a la basura mi uniforme escolar, lo mandaría a buscar, él aseguró. Me dijo que me quería y podía entrar a la piscina o las aguas termales si así lo deseaba y que si realmente lo quería, podía pedirle a Kyuhyun me llevara al río que atravesaba sus tierras y que estaba muy cerca. Que se podía llegar hasta él, pasando el área de las piscinas, bajando por unas escaleras. Ya que eso me encantaría, decía él.

     –Gracias…– le susurré a Krystal-ah, quien no mostró ninguna expresión hacia a mi.

     –No hay por qué, es nuestro trabajo– dijo secamente.

     –De verdad… lamento mucho que Yunho-ssi te regañara por mi culpa– me disculpé e hice una venia.

     –No te preocupes– dijo sin más –¿Qué quieres desayunar?– según el reloj que estaba colgado en la pared eran las 9:30 AM. Yo pensé que pedir algo específico sería dar muchas molestias así que le dije que lo que sea estaría bien.

     Ella aceptó lo que yo le dije y me llevó de nuevo a ése elegante salón dónde habíamos cenado la noche anterior y ésta vez sí me dejaron lavar los utensilios que usé y me sentí tranquilo con eso, le pregunté a Krystal-ah si no habría ningún problema en que anduviera por los jardines y su respuesta fue negativa, así que le dije que iría a caminar por allí. Ésa casa era verdaderamente hermosa. Justo al tener rato de caminar y admirar las hermosas flores, el pasto en buen estado y seguir viendo las pequeñas y no tan pequeñas montañas me encontré con el señor Changmin, a quien saludé amablemente y le pedí si podía llevarme a donde estaba el río y me dijo que sí, complaciéndome.

     Changmin-ssi me condujo hasta el río, se veía muy hermoso. Había grandes rocas y la corriente tenía un poco de fuerza, arrastraba las hojas que caían de los árboles de los alrededores, había verde grama y muchas flores de diferentes tipos. Se escuchaba el dulce sonar de los pájaros, eran todos incomparables, sometiéndote a un éxtasis muy relajante. Pude darme cuenta que la casa de Yunho-ssi estaba en la cima de una colina no tan grande.

     El día estaba nublado y fresco, el cielo era dueño de nubes de muchas formas y el sol, siempre tan elegante enviaba sus rayos a través de las mismas como misioneros, que muy conforme con su deber, cumplían su tarea de decorar en distintas tonalidades, cada espacio visible del cielo.

     La escena parecía sacada de un cuento de hadas, me habría gustado tener en mis manos una cámara y poder capturar tanta hermosura natural y llevársela a mi familia.

     El tiempo que estuvimos ahí, el señor Changmin y yo hablamos mucho, de muchas cosas. Sobre lo que nos gustaba y descubrí que él y Krystal-ah eran muy buenos amigos, que Changmin-ssi estaba enamorado de Kyuhyun y éste que siempre se negaba a estar con él. Supe también que la familia de Yunho-ssi había ayudado mucho a la suya, de igual forma que con Krystal-ah. Su padre era el chofer del padre de Yunho-ssi, el Señor Jung. Y al crecer, se convirtió en el chofer de Yunho-ssi, mientras estudia Leyes y Derecho en la universidad de Seúl.

     Allí estuvimos durante un largo rato, al menos una hora y media estuvimos disfrutando del sonido del río y transcurrido ése tiempo, se apareció Yunho-ssi y tenía cara de pocos amigos. Le pidió a Minnie, como lo llamaba Krystal-ah, que nos dejara a solas y él asintió y se fue.

     –¡Te dije que no estuvieras a solas con él!– me regañó.

     –¿Por qué?– pregunté sin entender.

     –¡Porque no me agrada que estés solo con Changmin!–.

     –¿Pero qué hay de malo en eso? ¡A él le gusta Kyuhyun!– defendí lo que posiblemente ya él estuviera pensado.

     –Lo sé– me dijo sin más. Su mirada estaba clavada en la mía –Sólo no estés a solas con él ¿sí?– la suavizó un poco, pidiendo casi en súplicas –¿No tienes hambre?– cierto, ya era de medio día y aunque no tenía mucha hambre, sí tenía al menos un poco, así que asentí con mi cabeza

     Regresamos a la casa refinada, donde ya nos esperaba la mesa servida y un delicioso almuerzo que comí sin reparo alguno, ¡estaba delicioso!. Recuerdo que en ése momento pensé, que si lograba ser un chef, desearía que mi comida fuera incluso más deliciosa y eso sería mucho. Ni la comida de mi padre era tan deliciosa como ésa. Sí que estaba sorprendido.

     –Jae…– me llamó, poniéndose muy serio. Antes, estuvimos hablando de manera muy amena, Yunho-ssi me estaba hablando sobre ése majestuoso lugar, la fauna que había era increíble. Yo me preocupé al verlo serio.

     –¿Si?– contesté nada más, dejando de comer y levantando mi mirada para verlo. Ambos estábamos solos en la distinguida sala comedor, Yunho-ssi había pedido privacidad para ambos.

     –A las 4:00 PM, regresaremos a Seúl– me avisó, pude notar como ejerció presión sobre el cuchillo que tenía en su mano izquierda –Te llevaré a casa– su mirada se obscureció.

     –Muchas gracias Yunho-ssi– me levanté de mi asiento para hacer una reverencia. Sentí una felicidad interna, muy grande. Pero sentí tristeza al ver su semblante. ¿Había hecho mal?

     –No tienes que agradecer, en primer lugar, nunca debí traerte aquí– dijo con un dejo de tristeza y partió mi corazón, pero no podía evitar estar feliz de irme a mi casa. Y él tenía razón, no debió traerme con él a éste lugar.

     Cuando terminamos de comer, fuimos al área de las piscinas y seguimos hablando un rato. Él dijo que esperaría a que Changmin-ssi hiciera algunas cosas que debía hacer para luego irnos. Me sentía feliz y nervioso, ¿mis  padres se habrían preocupado? Yo estaría solo en casa, de no ser porque Yunho-ssi me llevó consigo a ése precioso lugar, algunas de mis hermanas ya estaba casadas y las otras se fueron con mis padres, yo pedí quedarme para estudiar para el examen del lunes siguiente… ¡Demonios, el examen, no logré estudiar nada! Me sentí un poco molesto al recordar que si no pasaba ese examen mis padres iban a matarme  porque, se supone me había quedado solo en cara para estudiar y de lo contrario, mis padres creerían que no usé mi tiempo en lo que debía. Cosa que era verdad, pero no por que yo lo decidiera, sino que otra persona lo decidió por mi.

     No pasó mucho tiempo cuando Minnie avisó a su jefe que el auto estaba listo para irnos y nos embarcamos, antes de subirme al carro, me despedí de Kyuhyun y Krystal-ah. Fue un camino largo y silencioso, hasta que Yunho-ssi me dijo algo que me incomodó un poco.

     –Espero que de ahora en adelante puedas darte cuenta de cuando estoy cerca de ti– yo lo miré con incomodidad y sólo sonreí nerviosamente. Para serles honesto, yo hubiera deseado no hablar más con él en mi vida. No lo odié, ni nada por el estilo, pero aun así, me parecía alguien de quien no debía fiarme, a pesar de que fue amable conmigo en diferentes ocasiones, él estuvo vigilándome detenidamente. Eso me aterraba –Lo digo en serio, Jaejoong– y clavó su mirada en la mía, era intensa y demandante.

     –Yo…– no sabía que decirle, estaba un poco intimidado, si era sincero. En ése entonces, era más inocente de lo que creí –Yunho-ssi…. Yo creo que sería mejor si no habláramos más…– dije, de manera lenta. Al parecer no le agradó.

     –¡¿Qué intentas decir?!– me exalté. No estaba acostumbrado a oír gente hablar fuerte, en mi casa todo era muy silencioso y él gritaba demasiado.

     –No… no es nada…– miré por la ventana, pero él con atrevimiento tomó mi mentón con poca delicadeza e hizo que lo mirara; su mirada era igual de intensa que antes, tenía unos ojos  marrones muy llamativos.

     –Jaejoong, no tengo intensiones de renunciar a ti– no entendí muy bien a que se refería pero no sonaba convincente para mi bienestar.  No supe que responder, así que sólo me quedé viéndolo  y él suavizó poco a poco su agarre, hasta que apartó totalmente su mano de mi cara.

     Todo lo que restó de camino fue silencioso, era un largo camino, recuerdo que él por último me ofreció si quería comer algo podrían parar el auto en un lugar de comida en el paso de las transitadas y un poco solitarias carreteras, yo le dije que no había problema, yo esperaría hasta llegar a mi casa, así que el tiempo que tardaríamos comiendo lo empleamos en permitirle a Changmin conducir para llegar pronto. Él no se negó y el auto siguió en su curso.

     Me quedé dormido y cuando desperté ya estábamos en la ciudad. No pasó mucho tiempo antes de llegar a mi casa y al notar el auto completamente detenido frente a la misma quise bajar en seguida, pero Yunho-ssi me lo impidió, rápidamente volteé para encararlo y pude darme cuenta que quiso decirme algo pero no lo hizo, tan sólo me susurró un “Lo siento” y un “descansa”.

     Nada pude decirle, tan sólo me despedí con un “gracias por traerme” y un  “buenas noches”. Bajé apresurado y entré lo antes posible, quizás temí que me llevara de nuevo con él, estando dentro pude notar que ni mis padres ni mis hermanas habían regresado, me sentía cansado y debía estudiar.

     Tomé un baño y tardé lo suficiente hasta relajarme, cuando sentí que era hora de dejar el baño, tomé mi toalla y envolví mi cuerpo en esta. Fui directo a la cocina la buscar que comer, moría de hambre y entonces recordé todo lo que había vivido. En realidad era aterrador sabes que él estuvo siguiendo mis pasos por mucho tiempo pero siendo honesto, en ése momento agradecí infinitamente que haya sido él y no alguien peor, que realmente pudiera hacerme daño. Él hizo que me cortara y me agredió, pero también fue muy amable y dulce conmigo.

     La única duda que me quedaba era: ¿Seguiría vigilándome? Y eso me llevó a pensar “¿qué haría con Junsu?”, me sentía enojado y traicionado, Yunho-ssi había dicho que Junsu nunca más le dijo nada, pero ¿cómo sabía él tantas cosas? Y en especial ¿cómo sabía que mis padres no estarían éste fin de semana en casa?

     Luego de comer y tanto pensar por fin me acosté a dormir, tan sólo no paraba de pensar en lo que me había pasado. Repentinamente recordé que él vivía cerca de mi o eso había dicho ¿sería cierto eso?, si él vivía cerca de mi, entonces se daría cuenta de lo que hago. Pero poco a poco me fui quedando dormido en medio del silencio que mi hogar me ofrecía, tanta tranquilidad y tanta paz. Esperé de todo corazón no reprobar ése examen, sino mis padres me matarían. 



Continuará~
*~*~*
De verdad espero les guste a todos
.

*Athena  Leciel les da mucho amor* 

Bueno, Ja ne~