Capítulo 1.
Nadie
es lo que parece.
Aquel
día cuando desperté me sentí en movimiento y entonces me pregunté ¿qué ocurría?
puesto a que no entendía nada, ya que hacía algún rato (que en ése momento no
tenía claro hacía cuánto tiempo había sido), yo estaba tranquilo despidiéndome
de mis amigos Junsu y Hyunjoong frente a la escuela dispuesto a irme a mi casa.
Recuerdo que esa tarde había sido hermosa como ninguna otra, los rayos del sol
a punto de desaparecer se dispersaban por todo el cielo en diferentes tonadas
de colores entre rosa, naranja y el más tenue mora que cualquier artista
pudiese agregar a su más hermosa pintura de un majestuoso cielo. Vi un techo,
un techo de auto y encontré que mi cuerpo estaba acostado en el asiento
trasero, pestañé un par de veces y rápidamente me levanté.
Un hombre desconocido iba conduciendo
aquel auto y el miedo entró en mí. ¿Estaría siendo secuestrado? ¿Por qué? Si mi
familia no son personas adineradas. Siempre había escuchado que cuando
secuestraban a las personas lo hacían para cobrar rescate. De pronto me percaté
que estaba todo obscuro, miré por las ventanas y no alcancé a ver nada más que árboles, ramas y arbustos
que se iban quedando atrás ¿querrían acaso matarme? Miré al vidrio de adelante
y solo se veía un camino en la obscuridad que iba siendo alumbrado por las
mismas luces provenientes del auto y fue en ése momento cuando supe que era de
noche o madrugada. En un momento también repentino percibí que estaba siendo
observado a través del retrovisor y guié mi vista hacía el mismo descubriendo
que el conductor que no conocía estaba mirándome, me quedé en silencio
viéndole directo a sus ojos ¿qué se
supone que diría en ése momento? Sentía mi corazón salirse de mi pecho, no
tenía idea de nada. Ni de cómo llegué a estar dentro de ése carro, a donde se dirigía
ni mucho menos que haría conmigo ése hombre.
–Parece que has despertado– me dijo y como
antes cuando él me mirara por el espejo permanecí en silencio. Solo iba rogando
que no me hicieran nada malo –No temas, no voy a hacerte nada– me dijo sonriendo.
Eso era raro si no iba a hacerme algo ¿por qué me secuestraba?
–S-si n-no va a-a… ha-hacerme n-nada
m-aalo ¿por qué me e-está s-secuestrando?– pregunté y no entiendo por qué
titubeé, quizás era el miedo dentro de mí. Si no mal recuerdo, cuando pregunté
aquello a ése hombre que para ése momento seguía siendo un desconocido él
sonrió ante mi pregunta y me respondió:
–No debo decirte nada aún, pero no temas,
no te va a pasar nada– esa fue su respuesta, pero yo seguía con aquella intriga
y es que, de verdad tenía miedo, no era normal ser secuestrado para nada.
–¿Debería c-confiar en us-usted?– como un
niño tonto pregunté pero si no estás en esa situación creo que no entenderías a
qué me refiero.
–Si tú quieres hacerlo, puedes hacerlo; más
si no, pues no lo hagas– sonrió de nuevo para mí y no respondí ante su
respuesta.
–¿Hacia dónde me lleva?– le hice de nuevo
una pregunta, no sé si era más por saber o si era para evitar ese silencio que
lo único que hacía era angustiarme más, ahora sé que era angustia; más en aquél
momento solo sentía algo feo en mi estómago parecido al miedo pero era otra
cosa.
–Lo sabrás cuando lleguemos– fue su simple
respuesta, ante esta yo mire su silueta y me senté bien que para ese momento no
lo estaba y me puse a prestarle atención al camino, sino estaba tan loco
estábamos entre montañas ya que no había una sola pista de casa y/o edificios,
apreté mis ojos y comencé a llorar en silencio. Pensamientos horribles
atravesaron mi mente. Sin darme cuenta mis gemidos se hicieron más audibles y
la voz del hombre desconocido hizo que lo notara –No llores, te prometo que no
te pasará nada malo– intentó calmarme pero ¿cómo podría creerle? si no le
conocía.
–¿C-cómo… podrí-a c-creer-le… si… ni
siqui-era s-sé quién es u-usted?– fueron aquella mis palabras y él rió no muy
duro.
–Mi nombre es Shim Changmin– si no entendí
mal su tono de voz fue muy parecido a la amabilidad –pronto llegaremos y podrás
saberlo todo– con esas palabras aseguró. Miré de nuevo a la ventana viendo la
obscuridad y quise saber la hora.
–¿P-podría d-ecirme qué hora es?– sacó su
teléfono celular, no sé qué otras cosas hizo antes de decirme la hora ya que él
jurungueó el aparato y luego me dijo la hora.
–Cinco y cuarenta de la mañana– me
sorprendí, ¿desde qué hora estuve inconsciente? –Estaremos llegando allá a las
seis treinta de la mañana– me sorprendí ¿qué tan lejos me llevaría el Señor
Changmin?
–¿Dónde vamos?– pregunté de nuevo, aún
sabiendo que anteriormente él se había negado a decirme y efectivamente, eso
ocurrió, su respuesta fue:
–Lo siento de nuevo, aún no puedo decirle
nada Jaejoong-ah– y me sorprendí porque pensé que el Señor Changmin supiese mi
nombre era raro y me apresuré a preguntarle eso.
–¿Cómo sabe usted mi nombre?– inquirí, en
ese momento pensé que no era normal que él supiera mi nombre.
–Es mi deber saberlo, Jaejoong-ah– y
repitió de nuevo mi nombre, eso me hizo incomodar. En ese momento preferí
callar. Me dispuse solo a ver por la ventana.
Lentamente el sol comenzó a salir a la
mañana siguiente de ése día en que yo, por primera vez desaparecí de mi hogar,
a través de esa ventana podía ver aquél humilde pero a su vez maravillosamente
elegante espectáculo, de aquél egocéntrico sol, aquella estrambótica esfera que
sin mucho esfuerzo llamaba la atención de hasta quien quisiera ignorarlo; como
si de Picasso se tratara quien se encargase de maniobrar semejante recuadro que
sería admirado hasta por el más ignorante de lo seres. Aquellos fulgores que
tomaban seguros su espacio en el cielo color naranja, delicados destellos
rojizos que dulcemente iban decolorándose hasta dejar a la vista el celeste
cielo iluminado. Las nubes eran esponjocitas y extremadamente blancas, muchas
de ellas se iban degradando hasta dejar solo rastros en forma de brochazos de
las mismas.
Me sentí ensimismado, muy, muy dentro de
mí, semejante obra de arte tenía todos mis sentidos cautivados hasta que la voz
del Señor Changmin llamó mi atención trayéndome de vuelta a la realidad; una
realidad que no a todos les agradaría vivir.
–Jaejoong-ah hemos llegado– me alertó y
enseguida todos los músculos de mi cuerpo se tensaron y una presión entró de
nuevo en mi pecho ¿qué se supone que pasaría conmigo ahora que había llegado a
donde estaba?
Observé como la puerta trasera estaba
abierta esperando mi bajada y en ese momento pensé “¿deberé escapar?”, “¿corro
o no?” recuerdo que también pensé que quizás eso me traería más problemas, no
sabía quiénes eran las personas que se hallaron allí dentro aquella mañana y
tampoco conocía el lugar.
–Estoy esperando a que bajes Jaejoong-ah–
escuché de nuevo y caí en cuenta que debía resignarme y bajar de allí. Era
mejor saber que iba a pasarme de una vez por todas antes que seguir con esa
angustia dentro de mí; eso pienso ahora, pero aquella mañana solo quería huir y
llorar, cosa que afortunadamente no hice.
Cuando bajé no pude creer lo que tenía
delante de mí; frente a mis ojos. ¿Alguna vez ustedes vieron aquellos hermosos
cuadros pintados por talentosos artistas donde habían hermosas montañas,
pequeños riachuelos que venían de hermosas y grandes cascadas, y que habían
también preciosas casas pueblerinas con calles hechas de piedra? ¿Sí?, ¿no?.
Bueno, justamente algo como eso tenía delante de mí.
Solo que donde ya estábamos era como un
hacienda en las montañas, rodeada de grandes, medianas y pequeñas montañas.
Verde pasto recubría todo el suelo y no eran precisamente casas pueblerinas,
era más bien una inmensa y tremenda mansión moderna dentro del lugar que estaba
todo cercado por un lado. En ese momento me pregunté quién era el dueño o dueña
de todo aquello.
–Ven conmigo Jaejoong-ah– comenzó a
caminar, yo me quedé de pie donde estaba y pude notar como de pronto se detuvo,
se volvió hacia a mí y me dijo: –No intentes escapar, porque el patrón se
podría enojar y ambos estaríamos en problemas– jah ¿qué no iba a pasarme nada
malo? No entiendo ¿por qué me quieren? Comenzaba ya a sentir sueño y pensé en
cuanto querría ir a dormir a mi camita y con ese pensamiento muchos otros
llegaron y entre esos mi familia… ¿Cómo estarán de preocupadas mi madre y mi
ocho hermanas mayores sin dejar atrás a mis padres? ¿Sabrá Junsu o incluso
Hyunjoong que he desaparecido?
Comencé a seguir al señor Changmin y me
percaté que no era tan “señor”. Cuando mucho tendría veintitrés años, pero
mientras él conducía muy poco pude verle así que es por eso que no noté su
supuesta edad.
Mientras caminamos nos acercamos más a esa
casa y entramos en ella y recuerdo que era muy hermosa, por dentro tenía muchos
detalles en madera, tipo cabaña, pero en muchos lados podía observarse una que
otras ostentosidades.
–¿Dónde se encuentra el patrón?– el señor
Changmin preguntó a una joven que en aquél entonces era como de mi edad, un
poco mayor cuando mucho que por cierto estaba observándome.
–Changmin, él salió y dijo que volvería en
dos horas, si no mal recuerdo creo que fue a encontrarse con el joven
Yoochun-sshi– le dijo ella y regresó su vista a mí, me sentí nervioso y cambié
el curso de mi mirada. Ése nombre que ella había dicho me sonaba tanto pero no
estaba seguro.
–¿No dejo nada dicho para mí?, ¿Alguna
orden?– su conversación me sonaba tan aburrida pero quise saber quién era el
‘patrón’.
–No… Oye Minnie ¿No vas a decirme quién es
él?– ella le preguntó y fue cuando más nervioso me sentí, yo permanecí todo ese
tiempo detrás de él.
–Oh… supongo que no hay problema, bien él
es Jaejoong-ah– él la complació y ella entonces sonrió –Jaejoong-ah, ella es
Krystal-ah– yo solo pude hacer una reverencia.
–Bien, iré a hacer mis cosas, Minnie nos
vemos al rato– dijo ella, y me pasó por un lado y me sonrió, supongo que ella
era una chica de servicio ya que llevaba puesto lo más parecido a un uniforme
de señoritas y señoras de servicio de color celeste y cargaba unas toallas en
sus manos.
–Está bien– dijo ‘Minnie’, ese sobrenombre
me hizo gracia. De pronto vi como él sacó su teléfono y comenzó a hacer una
llamada.
–Soy yo, Señor– empezó, yo seguía de pie
observándole –eh, si… él está ya conmigo…– supuse que estuvieron hablando de mi
ya que yo era el único ‘él’ junto a él –Bien, está bien… bien– colgó la
llamada, se volteó para verme y yo hice lo mismo –Ven conmigo– me incitó a
caminar detrás de él, cosa que hice mientras él iba explicándome algunas cosas
–El patrón no se encuentra aquí– eso ya me había quedado claro, pero él lo dijo
de nuevo –por órdenes de él debo llevarte a una habitación y dejarte ahí hasta
que él regrese– eso no fue agradable saber pero ¿qué podía hacer?
–Q-quéda-ate conmigo– le pedí cuando
estuvimos en la habitación predestinada para mi, no es que confié en él, es que
no quise quedarme solo allí. Él sorprendido me miró.
–No puedo hacerlo, debo hacer mi trabajo–
sentí un nudo en mi garganta cuando él se negó –será mejor que te quedes allí
dentro a esperar a que él regrese– me sugirió pero yo no quería estar allí y
solo mucho menos.
–Por favor…– y cuando susurré eso ya
estaba llorando.
–Lo siento Jaejoong-ah pero no puedo
quedarme, te prometo que no te pasará nada– cuando él me dijo eso sentí como un
enojo pero a la vez un alivio.
–¿Cómo sabes que no va a pasarme nada?–
para ese momento mi voz fue un poco más audible que antes.
–Sólo lo sé– me sonrió y puso su mano
sobre mi cabeza moviéndola desaliñando mi cabello. Cerró la puerta y me dejo
allí solo, por un rato permanecí allí parado, me giré para ver el interior del
lugar donde me encontré. Era lindo, había una enorme cama, un closet y otra
puerta, caminé hasta ella y descubrí que era un baño, muy aseado por cierto;
pronto noté como sentía un enorme sueño así que me senté en la cama, pero
comencé a llorar, lloraba, lloré mucho. No puedo explicar, cuan inmensas eran
mis ganas de llorar en ése momento dentro de esa no muy grande pero si cómoda
habitación y sin darme cuenta me quedé dormido.
Luego de eso abrí mis ojos cuando escuché
el llamado de alguien, ése alguien era la chica que el señor Changmin me había
presentado hacía algún rato.
–Jaejoong-ah, ven para que comas algo– me
quedé un rato mirándola –Ven por favor, debes estar muriendo de hambre, Minnie
me contó que no debes haber comido más o menos como desde el mediodía del día
de ayer– fueron sus dulces palabras, que nunca olvidaré.
Me levanté cuando ella me haló de la mano
y me sacó de esa habitación, recuerdo como caminé desganado por donde ella me
guió y llegamos a un grande y elegante comedor.
–Siéntate aquí, por favor– me señaló la
silla frente a donde ya se encontraba algo de comida servida –no sé que cosas
te gustan comer, pero es lo que hicieron de comida para los empleados y decidí
apartarte un poco– sé que la miré algo desconcertado y pensé que esa chica,
Krystal-ah era muy amable.
–Muchas gracias– le dije sinceramente y
comencé a comer, realmente tenía demasiada hambre y no lo había notado hasta
que probé la comida, y aún tengo presente en mi memoria que fue demasiado rica.
–No me agradezcas, sino el patrón nos
hubiese matado a todos– y rió tras su comentario pero yo permanecí serio.
¿Matar?... ¿Él me mataría? –lamento si fue un comentario de mal gusto– se
disculpó con sinceridad al ver mi rostro descompuesto luego de escuchar lo que
me dijo–pero es verdad, hemos recibido órdenes de tratarte muy bien– y debo
admitir que en ése momento eso me sorprendió ¿Un rehén bien tratado? Es un poco
raro.
–¿Puedo preguntar algo?– mientras la
miraba.
–Claro, de todos modos ya lo hiciste–
sonrió.
–¿Quién es él y por qué me tiene aquí?–
ella permaneció en silencio ya que igual que Changmin, ella no podía decirme.
–Lo siento es algo que no tengo permitido
decirte, pero no te preocupes, el señor llegará dentro de unos cuarenta minutos
o una hora tal vez y él podrá responderte todo– fue su respuesta –por favor,
cómelo todo– y se fue dejándome solo.
Lo comí todo y en media hora ella regresó,
me dijo que fuera al baño que estaba en un pasillo cerca del comedor, ella
recogió los trastes y regresé lo último que escuché de ella fue ‘Ven conmigo, el patrón ya llegó y está
esperándote en el jardín’ sentí una cosa horrorosa dentro de mi mientras en
silencio iba siguiéndola, llegamos a un jardín que estaba del otro lado de esa
mansión, debo afirmar que dejé pasar las hermosas flores, el pasto y las
montañas que podían ver.
Cuando llegué al lugar un hombre estaba
sentado de espaldas hacía donde nosotros llegamos, Changmin estaba frente al
hombre y a nosotros; y la linda voz de Krystal-ah le hizo saber que yo ya me
encontraba ahí, él giró y cuando vi a esa persona frente a mí, no podía
creerlo.
–¿Y-yunho-s-sshi?– pregunté con asombro,
¿fue Yunho-sshi quien me había secuestrado?
–Bienvenido a mi casa de campo, Jaejoong–
me saludó sin más y yo no sabía que pensar o que creer. Recuerdo que en ése
momento las caras de Changmin y Krystal fueron de incomodidad. Yo comencé a
sollozar y Yunho-sshi sonrió acercándose a mí, por inercia yo me alejé, gesto
sé que a Yunho-sshi no le agradó ya que me tomó de la muñeca y me acercó a él –¿Cómo estuvo ése viaje?– me preguntó y no le respondí y ante mi inmutación él
dijo: –No importa, ya tendremos tiempo para hablar sobre tu viaje–.
–¿P-po-por… qué?– le pregunté. El me miró
y con su hermosa sonrisa me contestó.
–No es necesario saber eso– sentí una
opresión en mi pecho, ¿Yunho-sshi, el muchacho mayor que yo dos grados y el más
popular debido a su inteligencia y belleza tanto entre las chicas como los
chicos me secuestró? –Ven, sígueme– me haló y lo seguí, no quise hablar más, el
me pidió que dejara de llorar que no me haría nada malo y entonces me detuve.
Entramos en una habitación fuera de la mansión, era más bien como una cabaña
hecha de madera de leña que a simple vista se veía muy acogedora y entramos en
ella, había una especie de living, un pequeño comedor, una pequeña cocina y
unas escaleras que sé perfectamente nos llevaron a un dormitorio. Dentro del
dormitorio Yunho-ssi comenzó a hablar.
–Bien esta será nuestra cama– aún tengo
presente la sensación que tuve cuando escuché la palabra ‘nuestra’ seguida de
‘cama’. ¿Íbamos a dormir en la misma cama? ¿Acaso querría él… violarme? Mi
corazón se estrujó.
–¿Nuestra?– repetí en son de pregunta con
miedo.
–Sí, nuestra; tuya y mía– remarcó y quise
salir corriendo, pero su mano aún estaba prendada de la mía.
–¿Por qué hace esto Yunho-ssi?– y
nuevamente él ignoró completamente mi pregunta y se levantó de la cama, caminó
hasta un pequeño gavetero que estaba allí dentro y abrió unas de las gavetas,
sacó algo de ellas y regresó a mí.
–Ten– me entregó lo que no supe que era
hasta unos segundos más tardes cuando descubrí que era un traje de baño para
hombres. –Póntelo, te esperaré a fuera– me dijo y por supuesto que yo no me
pondría eso, pensé.
–No puedo ponerme esto Yunho-ssi– le
avisé, él se regresó a preguntarme por qué –Pues porque… nunca me han gustado y
no puedo ponerme algo como eso– no lo haría, me daba vergüenza usar algo como
eso delante de él y de quien fuese.
–Okay, lo usarás quieras o no– estoy
consciente de que su respuesta fue algo odiosa más yo lo miré a modo de
súplica, no quería usar eso.
–Por favor Yunho-ssi… n-no quiero u-usar
ésto– me acerqué a él, pero él puso su cara más seria y me dijo que si no usaba
eso, entonces entraría desnudo a la piscina. Bajé mi mirada y él salió del
dormitorio. Me dijo que tenía cinco minutos para cambiarme. Lo hice con toda la
vergüenza del mundo; bajé y llegué hasta él, donde él se encontraba ya en
shorts y con su tronco descubierto, me acerqué a él y bajé mi mirada, no
entiendo porque me sentí tan indefenso en ese momento, no recuerdo y ahora que
lo pienso no me agrada que haya actuado de esa manera, pero solo tenía quince
años cuando eso ocurrió.
–Te queda muy bien Jaejoong– permanecí en
silencio mientras moría de vergüenza y sentí un agarre en mi muñeca que me
invitaba a caminar hacia donde me guiaba, cosa que sin remedio hice. Bajamos
unas escaleras que nos llevarían hacía las piscinas –Ten cuidado Jaejoong, no
quiero que te hagas daño– yo no le respondí.
Pronto llegamos a las piscinas y comenzó a
decirme algunas cosas que la mayor parte de ellas no las escuché porque yo solo
quería irme y tapar mi cuerpo, nunca antes había usado algo como eso que tuve
puesto, era demasiado corto y extremadamente ajustado al cuerpo. –Entonces,
aquellas son las aguas termales y ésta y ésta…– señalando con su dedo índice
los lugares –…son piscinas normales– de pronto escuché un sonido que provenía
de un lugar, era como si un río atravesara el lugar donde estábamos y realmente
no me extraño, ya que hasta aguas termales habían allí.
Pero ni tiempo tuve de pensar cuando sentí
mi cuerpo caer y chocar contra el agua helada de la piscina. También escuché la
fuerte carcajada de Yunho-ssi. Tragué agua y luego salí a la superficie cuando
de pronto vi el cuerpo de Yunho-ssi volar y caer con elegancia dentro de la
piscina, cuando llegó a la superficie se acercó a mí.
–¿Por qué me empujó Yunho-ssi?– le
reclamé. Fue injusto, yo no tuve tiempo de defenderme así que sin más comencé a
arrojar agua a su cara, acto que él no tardó mucho en responder de la misma
manera.
Luego de un rato, recuerdo que lo disfruté
ya que ambos reíamos mucho, nos perseguimos dentro de la piscina, todo se calmó
y pegué mi cuerpo a las paredes de la piscina mientras Yunho-ssi se acercó a mí
poco a poco.
–Te pido disfrutes tus días aquí Jaejoong–
dijo, yo quise decirle algo más pero noté como sus labios se estaban acercando,
me sentí aterrado, nunca antes había besado y menos a un chico, giré mi cabeza;
pero él fue más atrevido y siguió la dirección de mi cara y me besó, yo no supe
que hacer, mis ojos se ensancharon y lo primero que pasó por mi mente fue
empujarlo, cosa que hice. Salí rápidamente del agua y corrí hasta la cabaña.
–¡Jaejoong!– escuché como él me llamó pero
yo lo ignoré y seguí corriendo hasta llegar a la cabaña. Me senté detrás de
ella pegando mis piernas a mi cuerpo, coloqué mis brazos sobre las mismas y
encima de éstas posé mi cabeza, comencé a llorar, él me dijo que no me haría
nada.
Si es así, entonces ¿por qué me besó? me
quedé allí por un largo rato y después de eso sentí que algo caía sobre mí,
levanté mi vista y vi a Yunho-ssi, quien me arropó con una toalla.
–No sería bueno si te resfriaras– me dijo
primero y luego –¿Puedo sentarme?– me preguntó, yo solo me hice a un lado
permitiéndole el espacio –No era así como tenía planeado que nos encontráramos
pero fue así como ocurrió– ésas fueron sus palabras, yo solo permanecí en
silencio con la cabeza agachas de nuevo –solo te pido, no odies estar aquí–
¿odiarlo? ¡lo aborrecí! ¿por qué demonios él me secuestró?, no creo que sea por
rescate, es la persona más adinerada, después del presidente de Sur-Corea que
había conocido en mi vida.
–¿Por qué hizo que Minnie me trajera
aquí?– pude casi jurar que a Yunho-ssi le molestó más que nada la manera en
como llamé a Changmin. –Si es porque soy amigo de Jessisa-ah le prometo que me
alejaré de ella– una vez escuché que ambos eran el uno para que el otro y que
incluso éstos se amaban en secreto. Pero mi ofrecimiento solo lo hizo reír
quedito.
–No se trata de Jessica, Jaejoong– lo miré
–se trata de que eres tú a quien quiero tener conmigo– y la impresión no cupo
en mí. ¿Él me quería tener consigo?, pero ¿por qué?
–¿Q-qué quiere decir c-con eso?– no pude
más que preguntar, porque con quince años, no podía incluso creer lo que
escuchaba.
–Lo que dije, eso quise decir.– Me miró a
los ojos y tomó mi mano, la cual no me dio tiempo de quitar antes que él la
tomara –Ven, es hora de que te bañes, debes sacarte el agua de la piscina y
abrigarte para que no te resfríes– me hizo levantar, caminar hacia la parte
delantera de la cabaña, entramos a ella y subimos las escaleras para entrar al
cuarto –esa puerta de allí, es el bañó, allí mismo están nuestras toallas,
báñate; te esperaré abajo– sentí escalofríos cuando escuché ‘nuestras’ me dijo y sin más salió,
entré al baño y vi que estaban las toallas, una decía Jaejoong y la otra Yunho.
No necesité ser un experto para saber cuál sería la mía, entré al baño y me
duché.
Estuve un rato pero, me percaté de algo…
¿mi ropa? Luego de recordarlo, no estaba; apresurado salí, tomé la toalla, me
cubrí para ir a buscar a Yunho-ssi, pero al salir del cuarto de baño me
encontré con Krystal-ah.
–Jaejoong-ah– me sorprendí de verla allí
–El señor me ha dicho que viniera a ayudarlo a vestirse– espera ¿ayudarme a
vestirme? ¿Y YO QUÉ ERA, UN IDIOTA? Cosas así pensé, porque me molestó que la
enviara para “ayudarme a vestir”.
–¿Ayudarme a vestirme?– pregunté –Yo puedo
solo, gracias Krystal-ah– le dije –¿dónde está mi ropa?– la miré, preguntando
por MI ropa, por supuesto, la que traje puesta.
–Está en el armario– dijo ella, caminando
hacia allá y abriéndolo, sacó algo que, definitivamente no era mi ropa, era…
¿era ropa formal? Sí, eso era.
–D-disculpa pero, e-esa no es mi ropa– le
advertí y ella rió bajito tapándose su boca con su mano, gesto que me pareció
adorable.
–Claro que si, Jaejoong-ah, esta es la
ropa que el señor ha dicho que debes llevar de ahora en más– ¿llevar de ahora
en más?, ¿él ha dicho? ¿Por qué?... No podía usar eso, no es que fuera
vergonzoso como lo fue el traje de baño pero, no era ropa que usara a menudo.
–Krystal-ah… p-perdóname… pero, yo no voy
a usar eso– me resistí, no quería, no podía – p-por favor, ¿podrías darme mi
ropa? La que traje conmigo.
–Oh, Jaejoong-ah, esa ropa fue tirada por
orden del señor– en ese momento me sentí choqueado… ¿con qué derecho él tiraba
mi ropa? Eso fue atrevido y grosero de su parte, lo admito. Me enojé, por lo
que ahora, menos usaría esa ropa.
–No voy a usar eso… ¡quiero mi ropa
devuelta!– exclamé enfurecido mirándola.
–Si no usas eso, pues bien, irás desnudo
por la casa de ahora en más– la voz fuerte de Yunho-ssi llamó nuestra atención,
quien iba entrando por la puerta de ‘nuestra’
habitación. Inmediatamente lo observé y fruncí mi ceño, estaba molesto. Entiendo
que quisiera que usara esa ropa pero ¿tirar la mía?
–¡Quiero mi ropa devuelta, Yunho-ssi!– le
exigí, más él solo se sentó en la cama y con una sonrisa me dijo que no, que la
había tirado porque era fea.
–Además, esto no es la escuela, no necesitas
un uniforme escolar– la ropa que traía puesta, era la del instituto. Cuando el
señor Changmin me secuestró, iba saliendo de clases.
–¿Pero por qué las tiró, Yunho-ssi? ¡Es un
atrevido!– me acerqué a él en ese instante y quise abofetearlo, pero no sé
porque no lo hice.
–Te lo dije, no las necesitas, te daré
ropa más hermosa que esa; te llevaré a lugares hermosos y además de todo eso,
te daré la mejor de las vidas cuando nos casemos– ¡¿LA MADRE DE QUIÉN?!
¡¿CASARNOS?!
–¿C-casar-nos? – ¿quién demonios le dijo
que a él que yo era gay? Lo miré atónito.
–Sí, nos casaremos en unas semanas– me
dijo sonriendo.
–¡Atrevido!– le grité y lo abofeteé, ahora
si lo hice y él me miró con asombro –¡Usted es un atrevido! Además ¡No me
gustan los hombres!– y quise salir corriendo pero Yunho-ssi me había atajado,
tomándome de ambas muñecas mientras yo volteaba el rostro para no mirarlo
–¡Déjeme!– le pedí con los ojos cerrados.
–Te lo perdonaré porque es la primera vez,
pero no lo hagas de nuevo, Jaejoong– y pude notarlo, noté el enojo en su voz. Y
entonces, lo hice una segunda vez a propósito cuando vi que él me había
soltado, pero él lo detuvo de nuevo y me miró más enfurecido aún –Mira, Kim
Jaejoong, no me lo pongas difícil, hazlo por ti, no por mi–.
–¡Ya le dije! ¡No usaré esa ropa, lléveme
a mi casa!– le grité, más que triste y enfadado porque botara mi ropa, estaba
impresionado ¿Era ése el gran y asombroso Jung Yunho-ssi que todos respetaban y
admiraban? –¡Le exijo me lleve a mi casa o le digo a todos quien es usted en
verdad!– le amenacé, pero él solo rió y luego me miró.
–¡Te recuerdo estás secuestrado…– me
restregó en la cara en ése momento –… y no estás en posición de decir ciertas
cosas o hacer otras; ni mucho menos de exigir nada– me tomó un poco más fuerte
–Así que, ahora vístete que tengo hambre– y salió dejándonos solos a Krystal-ah
y a mí.
–Ya oíste al señor, Jaejoong-ah; vístete o
si no se enfadará más– me seguía preguntando ¿Era ése el mismo Jung Yunho-ssi
que todo el mundo admira?, pensé mientras mi corazón se estrujó y tomé la ropa
para ponérmela pero… no pude solo, Krystal fue muy amable y me ayudó
–Jaejoong-ah, ven, debes peinar tu cabello– y ella lo peinó, según lo que dijo,
era justo así como le gustaba a Yunho-ssi.
Mi cabello estaba de una manera extraña
desaliñado, pero a la vez arreglado. Sí, era algo raro.
–Jaejoong-ah– escuché que Krystal me llamó
y de manera triste la observé –Ven, es hora de bajar, el Señor te espera abajo–
ella se dirigió a la salida mientras yo la seguí, bajamos las escaleras dentro
de la cabaña y luego salimos de la misma.
Al llegar al lugar donde se supone ‘el
Señor’ me esperaba, vi la grande mesa y a él sentado en ésta. Era lo más
elegante que hubiese visto para tomar un almuerzo, él me observó y recuerdo
como Krystal-ah me susurró “le encanta
como te ves”.
–Siéntate allí– me señaló Yunho-sshi, el
asiento frente a él. La mirada que aún tengo presente le dirigí en ése momento
fue de suspicacia, estaba desconfiado de él –Te ves muy hermoso– lo ignoré y me
senté.
Los platillos habían comenzado a ser
servidos y ambos estábamos en silencio.
–¿Krystal te cortó la lengua cuando los
dejé?– me preguntó en son de burla, más yo solo lo miré para luego desviar la
mirada, me percaté una vez más de cuan hermoso era el paisaje, ¿cómo era
posible que ése chico tuviera una casa de campo como ésa en un lugar como ése?
–Así que vas a ignorarme– se rió –Bueno, es el primer día, veamos cuanto vas a
durar así– me dijo, empezando a comer, la comida se veía deliciosa, pero no
pensaba probar esa comida –Empieza a comer, se enfriará– se que lo dijo
amablemente, pero no daría mi brazo a torcer, o eso creí yo en ése instante.
–No– dije sin más, él levantó la mirada y
clavó sus marrones pupilas en mis oscuras esferas oculares.
–¿No, qué?– posando los cubiertos de un
lado del plato, pero aún los tenía agarrados.
–No voy a comer– dije retándolo, perfectamente
vi cuando él hizo presión en ellos con su mano, comenzó a molestarse.
–Jaejoong, es mejor que comas– me dijo,
fingiendo amabilidad, pero sabía perfectamente que ya estaba molesto, muy
molesto tal vez.
–No lo haré– me levanté y empecé a caminar,
pero escuché el sonido de los utensilios contra el piso y un agarre fuerte en
sobremanera que me obligó a voltearme y vi por primera vez la cara de Yunho-ssi
enfurecida, tanta que me gritó.
–¡NO OLVIDES QUE ESTÁS SECUESTRADO!– me
dijo de nuevo y eso me hizo incomodar –¡¡ADEMÁS DE ESO, ÉSTA ES MI CASA, NO LA
TUYA; SE HACE LO QUE YO DIGO, NO LO QUE TÚ!! ¿ENTIENDES?– agitó mi cuerpo
sacudiéndolo con brusquedad, eso de cierta forma me hizo temer, porque,
pensándolo bien… era su casa, en un lugar en las montañas, sus sirvientes
hacían lo que él decía y… él no era lo
que todos creían ¿Y si me asesinaba?, el temor definitivamente entró en mí. Con
destemplanza me aventó en la silla y al borde de la locura me gritó de nuevo
–¡¡AHORA TE SENTARÁS Y LO COMERÁS TODO, SINO TE CORTARÉ LA CABEZA, KIM
JAEJOONG!!–.
Vi como él se sentó con pesadez en su
asiento y se frotó las sienes, vi como Krystal-ah sorprendida se acercó a él,
cuando la llamó para pedirle unos utensilios nuevos, ya que los suyos acabaron
en el piso cuando osó en tomarme con hostilidad unos momentos antes.
–Come– fue lo último que oí de él y lo
hice; comencé a comer, pero era
demasiada comida para mí y me detuve –Todo– dijo sin más cuando aparté
el plato.
–No puedo comer más– dije quedito con
timidez, más él insistió.
–Come lo que queda, Jaejoong– me miró con
amenaza y lo hice, comí el resto. Comencé a sentirme mal, era demasiada comida
para mí.
De pronto vi como Krystal-ah traía otros
platos consigo y eso comenzó a preocuparme… si comía algo más, el resultado no
sería bueno.
–El postre– dijo ella.
–Luce delicioso, ¿Lo hiciste tú de nuevo?–
su cara lucía más relajada.
–Minnie me ayudó– le respondió.
–Oh, la próxima hazlo tú– en ése momento
pensé, que quizás ellos se querrían por su forma de tratarse, lo que me llevó a
pensar ¿qué quería exactamente Yunho-ssi de mí?
–Está bien– ella sonrió y se retiró.
–D-disculpe… Yunho-ssi– dije mirando la
vasija con el contenido delante de mí, él me miró, alcé mi viste y vi como su
mirada era severa, totalmente distinta a la que le había dedicado a Krystal-ah
–Y-yo… no puedo comer más…–
–Si puedes, porque lo harás, cómetelo– me
dijo, tomando otros utensilios –no querrás herir los sentimientos de Krystal,
¿o si?– lo miré y lo imité… pero estaba seguro que algo ocurriría y no era
bueno.
Y entonces lo sentí, sentí aquella
horrorosa sensación, de prisa me levanté y caminé rápido, buscando un lugar
específico. Algo me lo impidió, ¡Dios mío Yunho-sshi, déjeme por un momento!
–¡Regresa a comer! – quise soltarme de su
agarre pero no pude, con una mano tapaba mi boca mientras que la otra estaba
sujetada por la de él, yo negué, esperando que entendiera mi situación pero él
no lo hizo y me haló –¡Que regreses te digo!–.
Comencé a forcejar, necesitaba alejarme,
sino algo malo ocurriría. Él solo hacía agitar mi cuerpo y ocurrió; vomité,
vomité sobre él. Instintivamente él me empujó para alejarme de sí mismo, pero
había sido tarde, porque todo cayó sobre él.
–Lo siento…– me disculpé un momento
después tapándome la boca.
–Demonios– susurró –¡Krystal!– llamó, ella
vino en un instante –llévalo a que se cambie, iré a bañarme y luego recoge la
mesa. Se me quitó el apetito– me miró acusativo, me sentí culpable. Ella estaba
sorprendida.
–¿Él está molesto, verdad?– le pregunté
luego de haberme cambiado.
–No, sólo está un poco alterado porque hoy
le han pasado muchas cosas– me dijo, acomodándome la corbata.
–¿Lo conoces mucho, no?– ella sonrió.
–Sí, soy como su hermana, crecimos justos
prácticamente– me dijo.
–¿Entonces porque eres su sirvienta?– le
pregunté.
–Estoy esperando entrar a la universidad y
él ha pagado todos mis estudios y los de mi hermano mayor, por eso en
vacaciones por agradecimiento trabajo para él, él me dice que no es necesario,
más yo así lo deseo– la miré sorprendido.
–Wow… ¿Puedo saber porque ha pagado todos
tus estudios?– le pregunté.
–Mi padre murió en un accidente y mi
madre… a raíz de todo lo que ocurrió tras la muerte de mi padre, intentó suicidarse
y todo le salió mal, lastimándose; afectando así una parte de su cerebro, lo
que hizo que quedara loca– hizo una pausa –Se encuentra en un hospital
psiquiátrico, pagado por Yunho-ssi– me sorprendí –Estás listo– me dijo.
–Krystal ¿Podrías dejarnos a solas?– él
entró y eso pidió, Krystal con una sonrisa asintió y nos dejó a solas, yo solo
bajé mi mirada. Me sentía muy avergonzado –¿Podrías explicarme porqué
vomitaste?– se mostraba serio.
–Lo sient…–
–No te pedí que te disculparas, te pregunté
por qué lo hiciste– se me acercó y yo me alejé, por su semblante creí que me
golpearía o algo así.
–Y-yo… yo…– estaba nervioso, muy nervioso.
–¿Tú…?– ¿debería decirle?
–Yo…–
–¿Podrías responderme de una buena vez?–
exigió perdiendo la paciencia. Me asusté al oírlo así.
–Yo… yo tengo un problema…– me miró atento
–cuando como más de lo que debo, vomitaré todo al instante… intenté evitarlo,
pero usted me obligó a comer…–
–¿Cómo es qué yo no sabía eso?– se lo dijo
para sí mismo –¿tiene eso que ver acaso con tu operación?– ¿mi operación?...
¿cómo rayos sabía él de mi operación? Lo miré por un instante sorprendido…
sobre mi operación solo sabíamos Junsu, Hyunjoong y mi familia, claro.
–¿Cómo sabe usted sobre mi operación?– pregunté
sin tapujo. Necesitaba saberlo, era algo que siempre deseé mantener en secreto.
No es que fuese algo del otro mundo ser operado de apendicitis pero, sigue
siendo molesto que todos sepan tus problemas y debilidades.
–Eso no importa, ¿tiene o no que ver?– lo
miré frunciendo el ceño.
–¡Dígame una cosa!– esperé su reacción más
no hizo nada –Quiero saber, ¿por qué me trajo a aquí? ¡Dígame por favor! ¿Cómo
sabe de mi operación? Y lo más importante, qué quiere de mi?– él sonrió y se
sentó en la cama.
–¿Qué no era una cosa?– respondió.
–¡Dígame!– di un paso adelante.
–Dime primero si tiene o no que ver– se
opuso.
–No es justo; usted me secuestró, me
obligó a comer y a usar ropa que no me gusta; eso sin contar que hizo que me metiera
a la piscina en traje de baño. Es justo que me responda–.
–Está bien– fue extraño lo que ocurrió
seguido de eso, me sonrió. Sí, sé que me sonriera es normal, lo que no me
parece normal fue su forma de sonreírme, fue… no lo sé ¿hermosa? No supe como
describir ese sentimiento.
Yo me senté esperando por su respuesta ya
que él se había quedado como pensativo, entonces lo que ocurrió me dejó sin
aliento. Él se había lanzado sobre mí, su cara quedó muy cerca de la mía y era
vergonzoso.
–Y-yuho-ssi… ¿Qu-qué hace?– su cara estaba
muy cerca de la mía y no era bueno eso…
–Respondiendo a tu pregunta– y vi como
maliciosamente sonrió y temí por mi seguridad, rápidamente intenté levantarme
más él no me dejó –quédate quieto, Jae– me dijo.
–¿Qu-qué va…?–.
–Shhh– me chitó para que me callara –sólo
quédate quieto, no te haré nada– me respondió pero no le creí, así que comencé
a moverme inquieto intentado que se levantara –por un demonio Jaejoong, quédate
quieto; no te haré nada, sólo voy a responderte– que excusa tan pobre, pensé.
–¿Pero por qué a-así?– le pregunté.
–Porque así lo entenderás de una vez por
todas–.
–¿Eh?... ¡uh!– me besó, ¡ME BESÓ!, ¡ME
BESÓ POR SEGUNDA VEZ! –De…uhm…Deten…eh…– seguía luchando contra él, hasta que
lo golpeé en el pecho y se detuvo –¡Por favor, ya de-deténgase, d-deje de
ha-hacer eso…!– cerré mis ojos con mucha fuerza. Sentí que en ése momento mis
ojos se llenaban de lágrimas.
–¿Por qué lloras?– pude notar como su
pregunta era de manera dulce.
–¡¿Có-cómo q-que por-porqué?!– respondí
entre sollozos –¡P-pues porque u-usted m-me besó de nuevo!– cubriendo mi cara
con mis manos, hoy en día me pregunto: “¿Por qué fui alguien tan tímido?”.
–Haber, ya no llores más– me dijo, tomando
mis manos y abrazándome, al principio me resistí pero luego me dijo que no me
haría nada y como tonto le creí. –Me dijiste que te respondiera, ¿no?– yo solo
asentí con parte de mis manos en mi cara, mientras sentí como Yunho-ssi me
sentaba sobre sus piernas y comenzaba a acariciar mis cabellos –Bueno, ¿ése
beso no te lo dijo?– lo miré, aún con rastros de humedad en mis ojos, y ante mi
mutismo y mi silencio él sonrió –Jae, tienes quince años, ¿cómo puedes ser tan
inocente?– yo lo seguía mirando –Bien, te lo diré. Me gustas Kim Jaejoong– mis
ojos se abrieron a más no poder. –No, espera, no me gustas. ¡Te amo Kim
Jaejoong!– y besó mis pestañas húmedas.
–¿Qué… dice?– me quedé sin habla.
–Jaejoong, se todo sobre ti.
Conozco la mayor parte de las cosas que te ocurren…– todo lo que escuchaba me
impresionaba ¿cómo era que yo podría gustarle al importantísimo Jung Yunho-ssi?
–Por eso te traje acá. Porque te quiero conmigo solo éste fin de semana. Muero
de celos al verte con tus amigos, al ver como
no te das cuenta de mis miradas. Siempre estoy cerca de ti y tú tan despistado
eres que ni siquiera notas la cantidad de gente que está a tu alrededor–.
–…– me quedé en silencio, no sabía qué
decir o hacer. Y aunque me molestó que me trajera con él no pude ya reclamarle.
–Por eso te traje, necesitaba que supieras
mis sentimientos– me miró con un dejo de tristeza y entonces continuó –porque,
me duele que si tropiezas conmigo, te disculpas sin siquiera mirarme a la cara
y continuas adelante. Muchas veces yo provoqué que chocases conmigo y aún así
me ignorabas, ni siquiera notaste quien era– no podía creer nada de eso.
–¿Cómo sabe todo sobre mí, si nunca hemos
hablado, Yunho-ssi?–.
–Junsu es primo de Yoochun, Yoochun es mi
mejor amigo. Él estudia en el liceo y le pedí que fuese tu amigo a como diera
el lugar ya que sabía que él estaba en tu mismo grado. Usé mis contactos para
que quedara en tu sección justo al lado de tu silla. También sé tus horarios,
que tienes ocho hermanas mayores y que tú eres más hermoso que todas ellas–
cada que Yunho iba hablando, yo me iba sorprendiendo más ¿Quién demonios era en
verdad éste muchacho?...
–Creí que Junsu era mi amigo de verdad…–
dije entristecido. Y entonces recordé cuando Krystal-ah le dijo a Changmin ; “Changmin, él salió y dijo que volvería en
dos horas, si no mal recuerdo creo que fue a encontrarse con el joven
Yoochun-sshi”; Junsu también me dijo un día: “¿Sabes Jae?, mi primo Yoochun estudia aquí dos años más que nosotros y
él es asombroso en todo lo que hace”.
–Lo es– me afirmó y yo fruncí mi ceño
apartándome bruscamente de él.
–¡No lo es!, ¡Él solo es mi amigo porque
usted se lo pidió!– me sentí traicionado, solo confiaba en él y el en
Hyungjoong.
–Sí lo es. Luego de que me dijera algunas
cosas los primeros meses, un día se disculpó y me dijo que lo sentía pero que
no podría hacerle algo así a una persona tan linda como tú–.
–¿Quire decir que ya no le dijo más nada en estos dos años?– pregunté
intrigado. Aún me sentía enojado y tan pronto saliera de allí Junsu me
escucharía, solo ése fue mi verdadero deseo en aquél momento efímero.
–Exactamente. Eso fue en el segundo año
cuando entraste a estudiar aquí por la transferencia de que te mudaste de
locación– seguía incomodándome que supiese tanto sobre mí –Cuando él me dijo
eso me enojé y le grité preguntándole que si le gustabas y que si era así, lo
lamentaría porque yo había puesto en ti mis ojos mucho antes que él– hizo una
pausa para mirar mi asombro –Él me dijo que no era nada de eso, pero que él era
tu amigo y no te traicionaría así– de todas formas lo hizo, dije para mí mismo.
–¿Por qué…? – no terminé ya que él era tan
inteligente que adivinó mi pregunta.
–¿Por qué hice todo eso?– yo asentí
–Porque vi que eras muy pegado a Jessica y a ése amiguito tuyo, Hyunjoong y
quería saber que eras de ellos– hizo un notorio énfasis con desagrado al decir
“ése amiguito tuyo, Hyunjoong”.
–Pero… yo conocí a Jessica muchas semanas
después de que usted hiciera todo eso y Junsu estuviera en mi clase…– creo que
me dolía la cabeza de tratar de entender esta situación.
–Si, pero a Hyunjoong no, él siempre ha
sido tu amigo y los veo juntos todo el tiempo– me dijo, ¿cómo sabía él eso si
me conoció cuando entré por transferencia? Y no dudé en hacerle esa pregunta –Jae…– suspiró cansado, lo sabía. Yo era
tan torpe que obstinaría a cualquiera. Al final rió bajito y tranquilo –¿Sabías
que vivimos a tres calles el uno del otro?– estaba bromeando conmigo ¿verdad?
–Usted está bromeando, lléveme a mi casa
por favor– le pedí levantándome. Él me tomó de la mano cambiando su semblante
relajado a uno más serio.
–No estoy bromeando Jaejoong y tampoco te
llevaré a tú casa– eso me enojó. Y volteé a él bruscamente.
–¡Lléveme!– él se levantó y la diferencia
de estaturas era muy obvia.
–¡No te llevaré, te dije!–.
–¡Si realmente me amara usted no haría
esto!– eso fue raro, porque recuerdo que esa frase la escuché en una de las
telenovelas que mi mamá ve por las tardes. Él rió.
–Dime ¿de dónde sacaste esa frase?–
demonios, me descubrió. Pensé en ése entonces.
–De mi cerebro, ¿qué no ve?– él rió de
nuevo.
–Jae, te conozco, tú no dices esas cosas–
y se puso serio.
–Pues, al parecer no me conoce– no quería
perder ante él –Si realmente me amara usted me haría feliz, como lo hace mi
novia– ¿por qué demonios dije eso?. El silencio reinó.
–Tú
no tienes novia– dijo en tono serio. Yo sonreí ante él.
–¿Qué sabe usted?– no sé porque mi actitud
cambió. Pero quizás fue porque estaba enojado. –Usted solo me espía como un
tonto. No sabe que hago con mis mensajes de texto, ni que escribo. Tampoco sabe
a quién llamo…–
–Cállate Jaejoong…– genial, estaba
logrando lo que quería ya que su voz sonaba forzada.
–… No sabe si algunas de las amigas que
llegan a mi casa son o no mi novia. Usted solo sabe lo que ve, más no lo que no
ve y…–
–¡Que te calles, maldita sea!– y lo siguiente
que vi fue un jarrón muy hermoso volar por uno de mis costados y el techo de la
habitación donde me encontraba con Yunho-ssi sobre mí. También sentí un fuerte
dolor de cabeza y mi espalda contra el piso. Mi cabeza se había golpeado
también con uno de los bordes de la cama y por si fuera poco, intentando
sacarme a Yunho-ssi de encima, que lucía como una fiera y de verdad creí que me
mataría me corté parte de mis brazos con los trozos afilados.
–¡Yunho-ssi, duele, Yunho-ssi!– le decía
con ganas de llorar y mi voz entre cortada.
–¡JAE!…– me miró sorprendido –¡Jae, lo
siento! ¡Ven, vamos a lavarte rápido!– me levantó cuando vio algunos rastros de sangre
–¡Rayos!– llegamos rápidamente al baño y
metió parte de mi cabeza bajo el agua que salía del lavabo –Perdón Jaejoong– se disculpó mientras sentí
como movía sus manos entre mi cabellera un poco larga mientras yo solo lloré.
No lloré por idiota; sólo que tenía miedo y la sangre siempre se había cagado
en mí. Me asustaba la sangre.
–Duele…– reconozco que mi voz sonó más
lastimera que cualquier otra vez, pero para ése momento, él comenzó a darme
miedo. Le tuve miedo en ése entonces.
–Demonios Jae, perdón– sentí como sacó sus
manos de mi cabello –quédate allí, lávate los brazos, Jae– se alejó; trajo una
de las toallas y cerró el grifo y acercó a su cuerpo al mío y comenzó a secarme –Jae, de verdad lo
siento, nunca quise que esto te pasara– decía mientras me secaba el cabello.
Yo no le respondí nada, lo que recuerdo
continuó después de todo eso fue que salimos del cuarto de baño y nos
adentramos al área del dormitorio y me invitó a sentarme en “nuestra” cama, sí, se que lo repetí
muchas veces pero, aún no puedo siquiera superarlo. Para ése instante mi
pequeño llanto se había paralizado. Entre buscó desesperado en todos los
cajones que iba encontrando a su paso. Comenzó a caminar hacia la entrada y
cuando estuvo a punto de salir se detuvo y me miró. Para ése momento yo tenía
mi vista al piso y su voz llamó mi atención y lo miré. –Jae, presiónate la
herida de la cabeza, para que el sagrado se detenga más rápido– yo no le
respondí, solo lo hice y llevé mi vista a un punto inexistente en la pared –Y
Jae…– llamó de nuevo y volteé a verlo en silencio con mi cara neutra,
inexpresiva –De verdad, perdóname– yo lo noté, hasta un despistado de primera
como yo, pudo notarlo… Su mirada era de tristeza. Y salió de la cabaña.
Al encontrarme solo comencé a llorar,
necesité hacerlo. ¿Por qué lloraba? ¡POR TODO!, tuve una mezcla de sentimientos
dentro de mí y no sabía qué hacer. Sentí confusión, enojo, tristeza, rabia,
miedo… Me sentí desorientado. Si él realmente decía amarme ¿por qué me agredía
de esa manera? Siempre había escuchado que una persona que ama a otra no le
hace daño ¿Entonces por qué él me obligó a hacer cosas que no quise?... Si era
verdad todo lo que me dijo y que dijo sabía de mi… era algo aterrador, pero ¿me
seguiría por siempre?... ¿Me regresaría a mi casa?... ¿qué haría conmigo?...
Tuve miedo, mucho miedo. Estaba llorando muy alto, no evité ocultarlo. De nada
servía, él dijo que no me llevaría de vuelta mi casa.
No hubo pasado mucho tiempo luego de que
Yunho-sshi dejara la habitación cuando entró en ella con cosas recuerdo eran
para curar heridas y desinfectarlas.
–¡¡Jaejoong!!– escuché que me llamó y
ejercí presión en mis ojos cerrándolos para no verle a la cara. A los segundos
sentí como había sido abrazado protectoramente y sentía como si él quisiera
unir nuestro cuerpo en uno solo –¡Jae, no llores, por favor. Lo lamento ¿si?–
me decía mientras me apegó mucho más a él. Yo instintivamente lo abracé muy
fuerte. No entiendo en qué consiste abrazar a tu agresor, pero era lo único que
tenía y lo necesité así que inconscientemente lo hice. Repentinamente él
intentó separar mi cuerpo del suyo para verme a la cara pero yo no quise, así
que me apegué a él –¿Por qué lloras?–.
–¡No…!–.
–¿Aún te duele? Dime, por favor– casi
suplicó.
–¡¡Uh!!…– aún tenía mis ojos cerrados.
–Bien, no me digas entonces pero, debemos
limpiarte… sino la sangre no se detendrá y tú odias la sangre– me dijo,
intentado separarme. Entonces me alejé un poco y me sentó en la cama –Ya no
llores más, se que duele pero pronto se aliviará– él me puso unas banditas,
pero antes de pegarla, me dio un besito donde tenía cortes y continuó
presionando mi cabeza mientras me decía –Cuando era niño, mi mamá siempre daba
pequeños besitos donde me dolía y ¿adivina?– yo mientras él habló le entregué
toda mi atención. Que me diera esos besitos me hizo sentir cositas en la
barriga –El dolor sanaba más rápido y entonces podía ir a jugar pronto– él
siguió en la tarea de presionar la parte derecha de mi cabeza hasta que el
sangrado se detuvo –Listo, ya estás– y me sonrió.
–…– permanecí en silencio.
–Jae, de verdad lo lamento… al traerte
aquí, mis intensiones no han sido jamás herirte. Creo que tienes razón, no te
conozco. Siempre te he visto como una persona tímida y torpe; muy descuidado
también– yo lo miré sin emitir sonido alguno –pero no sabía que podías ser
alguien tan terco de convencer y menos si estás enojado– sonrió irónico. No lo
sé, quizás por creerse muy conocedor de mí.
Mi llanto paró y logre articular una
pregunta.
–¿Por qué traerme aquí?– él me miró ante
mi pregunta.
–No lo sé, quizás quería hacerlo
romántico– lo miré sorprendido.
–¡¿Romántico?!– respondí con asombro
–¡¿Cómo podría ser romántico para alguien ser secuestrado Yunho-ssi?!– él me
miró intrigado.
–No lo sé, solo lo creí–. Me dijo sin más.
Por unos instantes hubo silencio donde solo el aire acondicionado se escuchaba
hasta que una duda afloró en mí.
–Y-yuhno-ssi…–llamé y él dirigió su vista
un poco preocupada hacia mí.
–Dime, Jae–.
–Me… m-me llevará a mi casa, ¿verdad?– él
me miró enternecido y acarició mi cabeza con delicadeza.
–Por su puesto, Jaeboo– me respondió
sonriendo y eso me alivió un poco, me sorprendió la forma en cómo me llamó –No
tengo planes de sacarte de tu vida normal, solo quiero que estés conmigo éste
fin de semana– se levantó para salir y lo tomé de la manga de una hermosa
camiseta casual en azul eléctrico con lunares en blanco al final de las
extremidades.
–¡Uh!– llamé yo de nuevo, él sólo me miró
–Es-esto… mis padres… e-ellos…?– pregunté y como lo hizo hace algún rato
entendió.
–Jaeboo, ellos están de viaje junto con
tus hermanas ¿lo olvidaste?– y debo aceptar que eso me estremeció, incluso él
lo recordó y yo no.
–Oh… es verdad…– y él comenzó a reír y rió
mucho. Yo no entendía porque lo hizo, entonces pude verme a mí mismo en una
situación de algún comic, con múltiples signos de interrogación sobre mi
cabeza.
–Jae, jajajaja– él continuó riéndose y se
acercó a mí –Es eso exactamente lo que amo de ti– y puedo jurar que me sonrojé
–Ni siquiera lo recordabas–.
–Eh…– no supe que decir hasta que pensé en
otra cosa –¿Cuándo me llevará a mi casa?– él me miró y pude ver como su mirada
era seria.
–¿Tanto aborreces estar conmigo?– su
pregunta me descolocó, debo aceptarlo.
–Yo… Y-yo no quise d-decir…– no sé porque
me puse nervioso, quizás pensé que me golpearía de nuevo o ¿fue acaso temor a
herir sus sentimientos?...
–Jae, sé que quizás no te agrado y con lo
que te hice hoy, te entiendo completamente pero…– ésa vez fui yo quien le interrumpió.
–¡No me refiero a eso Yunho-sshi!– dije
con muchas ganas de hacerle entender que no era por aborrecer estar a su lado.
–¿Y entonces a qué?– su miraba fue como si
de escudriñar algo en mi mirada se tratara, como queriendo ver mi alma a través
de mis ojos.
–Es… es que, quiero irme a mi casa porque
la extraño…– dije con la verdad, pero su cara se ensombreció.
–Antes de que llegue el lunes por la
mañana, estarás en tu casa…– me dijo sin más y salió. Me dejó solo en la
habitación. Al principio me quedé allí sentado en la cama pensando en todo lo
que había ocurrido. Al rato me sentí aburrido y al ver el desorden de las
cosas, decidí tomarlas y dejarlas en la pequeña mesita al lado de la cama. La
toalla mojada la doblé y la dejé a un lado también y recordé que estaba mojado
y como si fuera mi armario, caminé hasta donde se encontraba y abrí la puerta
para ver dentro y sacar una playera para cambiarme.
Cuando estuve listo me acerqué al tocador
para mirarme en el espero que se encontraba justo frente a la elegante cama
cubierta con un edredón marrón, con vuelitos al final y una que otras líneas
blancas. A simple vista, parecía una escultura y perdido en cómo se veía de
hermosa la recorrí con mi vista hasta toparme con los rastros de vidrio del
jarrón. Mis ojos permanecieron un largo rato allí, hasta que escuché la puerta
abrirse y cerrarse. Por ella entró Krystal-ah con una escobilla y un recipiente
para recogerlo y deshacerse de los rastros. Yo la miré a través del espejo.
De pronto noté algo, una de las paredes de
la cabaña era de puro vidrio y se veían parte de las montañas y muchos hermosos
árboles, de diferentes figuras y tamaños. La fauna era hermosa y cautivó todos
mis sentidos. Debido a que mi vista estaba perdida, el silencio fue sepulcral
hasta que noté que comenzaba a atardecer y antes de que la chica de servicio
saliera alcancé a preguntarle.
–E-espera…– me acerqué a ella quien estaba
ya justo en la puerta. Ella esperó a que hablara –Y-yuho-sshi… ¿dónde se encuentra?–
ella me miró en silencio, su mirada fue incompresible para mí en aquél
entonces, pero ahora la describo como una mirada de tristeza y rabia.
–Estará de regreso en un rato– respondió
con un tono muy neutral.
–¿T-tardará mucho?... – ¿Qué demonios
estaba ocurriendo conmigo?
–¡Jaejoong-ssi!– exclamó mi nombre con un
poco de enojo, fue notorio –¡¿Por qué preguntas por él? Si tú no has hecho nada
más que hacerlo sentir mal desde que estás aquí. ¡Le estás quitando su paz!–
ella estaba enojada. Muy enojada.
–¡Lo sient…!–.
–¡Krystal!– la gruesa voz de Yunho-ssi se
escuchó más fuerte aún.
–Yunho…– nombró.
–¿Cómo te atreves a hablarle así?– él no
se veía agradable.
–Yunho yo solo…– ella susurró.
–¡Tú sólo nada, no es de tu incumbencia
todo esto!– eso hasta a mi me dolió. ¿Por qué la trataba así?
–¡Yunho-ssi!– le llamé preocupado –¡Por
favor, no le hable así. Todo ha sido mi culpa!– me disculpé –¡Por favor, no le
hable mal… yo lo siento mucho Krystal…– y la miré a ella también, quien en
silencio salió y quise ir tras ella, pero Yunho-ssi me tomó del brazo y me lo
impidió.
–De eso me encargaré yo más tarde– yo solo
la vi preocupado marcharse. A ésa chica se le notaba a leguas que lo amaba.
–P-pero…–.
–Pero nada.– me aparté de su agarré y subí mi
rostro para tener nuestras caras frente a frente –Vamos a cenar– me dijo sin
más.
–Prométame que no me hará comer más de lo
que debo– incluso hoy me pregunto ¿cómo rayos yo exigí aquello como si tuviésemos
la confianza de toda la vida?
–Está bien– me hacía sentir tan mal que
ahora fuera tan distante de mí. Nunca antes habíamos hablado pero… lo más
cercano a conocer alguien allí era él, el señor Changmin y Krystal y ella me
odiaba ahora.
Al cenar comimos dentro de la moderna
casa. La elegante, en el mismo lugar donde yo había tomado mi desayuno. La cena
transcurrió en silencio. Solo se escuchaban los utensilios chocar con los
platos.
–G-gracias por la comida– dije al terminar
de comer, él me miró unos instantes y luego me sonrió.
–Jaejoong, eres libre de andar por los
jardines solo– eso me dejó desorientado.
–Yo…–
–Pero no intentes escapar. – su tono fue
amenazante – Te lo diré desde ahora mismo, estamos solos en las montañas. Toda
esta zona montañosa pertenece a mi familia y no es ni la mitad de grande de lo
que puedas imaginar por lo que, no hay nadie que no vaya a estar de mi lado.
Por otra parte hay animales peligrosos y no queremos que te hagas daño, ¿no?–
yo sólo asentí nerviosamente. Si cuando me dijo que me cortaría la cabeza daba
miedo. Ése tono, me producía diez veces más miedo que ver a la niña del Aro.
–Yo iré a mi habitación– se levantó y se fue. A lo lejos escuché como llamó a
Krystal y se perdieron por las escaleras.
Vi que las personas se acercaron a recoger
los platos y vasijas, así que decidí ayudar pero me lo impidieron así que les
pedí me dejaran y ante mi insistencia me lo permitieron. Cuando entré a la
cocina quedé fascinado, era demasiado hermosa. Era tan parecida a las de las
películas y programas de televisión.
–No debería hacer eso, joven– me advirtió
un chico que aparentaba más o menos mi edad. Dijo eso, refiriéndose a mí,
lavando los utensilios usados. Yo lo miré y le respondí.
–Oh
pero, quiero ayudar– le dije sincero.
–El señor Yunho se enojará con nosotros–
se acercó hasta a mí para detener lo que yo estaba haciendo.
–No debería, soy yo quien se ofreció a
lavarlos– excusé, en lo que una chica llegó y me quitó todo –Vamos… si no le
dicen él no sabrá– me incomodaba que todas esas personas hicieran eso sin yo
tan si quiera ayudar un poco.
–¿Por qué no vamos afuera?– me sugirió y
yo asentí resignado. No podría hacer que me dejaran ayudar en la cocina.
–¿Cómo te llamas?– le pregunté, ya estado afuera. Él miraba en
cielo, parecía que iba a llover. –Cho Kyuhyun, es un placer conocerte
Jaejoong– ¿por qué todos ahí sabían mi nombre?, fue tan incomodo, de verdad.
–Igual, Kyuhyun– sólo sonreí, recuerdo que
hablamos muchas cosas, como que queríamos estudiar al entrar a la universidad,
qué cosas nos gustaban hacer hasta que una muchacha de la servidumbre lo llamó
y me quedé solo.
Yunho-ssi había dicho que podía ir donde
quería, siempre y cuando no intentara escapar y eso era algo que
definitivamente no iba a hacer aunque él no me hubiera advertido que todo eso
pertenecía a su familia. En serio, era muy grande.
Caminando por allí, contemplando la
belleza de ése lugar, el cual esperaba no pisar nunca más si Yunho-sshi me
regresaba a mi casa, vi al señor Changmin sentado en una gran roca y ¿estaba
fumando?.
–Buenas noches– saludé, ¿de qué otra forma
pude haberle hablado?
–Oh, Jaejoong– apagó su cigarro para
mirarme, él se veía… ¿triste? –¿qué haces aquí? Deberías estar con Yunho– dijo
él, yo sólo sonreí nerviosamente.
–Creo que está ocupado y me dijo que
saliera a fuera para ver cómo era– mentí. Él me miró de nuevo.
–¿Y esas banditas?, ¿te cortaste?– me
preguntó acercándose a mí. Yo automáticamente me alejé de él.
–Oh… si, por error… ejejeje– me reí
nerviosamente y sentí una mano en mi hombro que me asustó y volteé para ver
rápidamente, me calmé al ver que era Yunho-sshi, quien no se mostró muy
sonriente.
–Es hora de irnos a dormir, Jaejoong–
“irnos a dormir”, un poco atemorizantes esas palabras. Pero más atemorizante
fue la manera en como Yunho-sshi miraba a Changminnie –Kyuhyun está adentro
esperándote–. Me haló de la mano y me arrastró con él.
Cuando estuvimos dentro de la cabaña él me
dijo que no quería que estuviera solo con nadie y menos con Changmin, yo le
pregunté el por qué y él tan solo me dijo que no le gustaba que estuviéramos
juntos.
–Bien Jaejoong, acuéstate– me avisó
tomando unas almohadas –tú dormirás aquí y yo allá afuera– me hizo sentir mal
eso, pero no quería dormir con él. No podía… ¿y si me hacía algo?, me quedé
observándolo y él puso su mano sobre mi cabeza acariciándola suavemente y sentí
como mi mirada de obscureció. Entonces él salió y me dejó solo en la gran
habitación, muy sumido en mi culpabilidad.
Krystal había dicho que yo le robé la paz
desde que llegué allí y eso me asustaba. Yo no quería herirlo, ni hacerlo
sentir mal. Sí, fue culpa suya, por vigilarme tan detenidamente durante mucho
tiempo, pero también había sido amable conmigo cuando me corté y no paró de
disculparse durante mucho tiempo.
Noté por el gran ventanal que había mal
tiempo, muy malo tal vez y que seguramente iba a llover, así que empecé a rezar
y rogar para que no, odiaba los truenos, siempre me habían dado miedo y allí no
estaba mi mamá para que me abrazara ni nada. Así que intenté quedarme dormido,
pero no pude. Cuando comenzó a llover, pude observar las que las gotas de agua
caían ferozmente cuesta abajo dejando un camino en el vidrio del ventanal. Los
arboles se movían fuertemente de un lado a otro, así, con mucha rudeza. De vez
en cuando habían centellazos que aclaraban de manera blanquizca y muy
aterradora el cielo y yo comenzaba a entrar en pánico.
Hubo el primer trueno, yo cerré con fuerza
mis ojos, intentando ignorarlos mientras cubría mi cara con la manta; otro
trueno hubo no mucho tiempo después y sonó incluso más estridente que el
primero así que en un acto de reflejo tapé mis oídos intentando evitar que esos
grotescos sonidos se adentraran por mis orejas y se colaran en mi cerebro
alterando todo mi cuerpo y mi mente. De verdad, les tenía mucho miedo.
Estuve así mucho rato y mi cuerpo
temblaba, sin darme cuenta comencé a llorar y a susurrar cosas como “mamá, te
extraño”… Sí, lo sé; fui muy frágil, quizás porque mi mamá me sobreprotegió
mucho, pero la verdad era que desde niño les temí a las tormentas. La razón
verdadera era porque una vez, la mitad de nuestra casa fue arrastrada por una
inundación que hubo en el pueblo donde vivíamos luego de una terrible tormenta
y fue por eso que nos mudamos a Seúl y desde entonces comenzamos a mudarnos una
y otra vez, muchas veces en un año.
–¡Jaejoong!– escuché la voz de Yunho llamarme
apresurado mientras sacudía un poco mi cuerpo –¡¿Qué te ocurre?! – y yo levanté
mi cara, lo miré por unos instantes y me abalancé sobre su cuerpo, tenía mucho
miedo, sólo quería que alguien me abrazara como siempre lo hacía mi mamá en
esos momentos –¡Dime Jae, ¿qué te pasa?!– él seguía insistiendo al tiempo que
yo sólo seguía hipando y escondiendo mi cara en la curvatura de su cuello;
ahogándome en mis lágrimas, pero traté de calmarme porque Yunho-ssi estaba muy
preocupado.
–Yo…– hipé –no m-me gusta q-que llueva–
froté uno de mis ojos, se me dificultaba hablar y sé que él estaba bastante
preocupado, por su expresión en su cara –Me dan m-miedo los tru-enos– terminé
de decir. Él me abrazó diciéndome que todo estaría bien, que no me preocupara, sé
quedó así conmigo durante mucho tiempo.
Él estaba sentado sobra la amplia cama,
con toda su espalda pegada al espaldar de la misma; mientras yo estaba sentado
justo a un lado, con parte de mi torso pegado a su pecho, envuelto en sus
brazos, me abrazaba tan fuerte como podía cada que él sentía mi cuerpo temblar
a causa de los truenos. Me susurraba muchos “Todo
estará bien, no tengas miedo” o “Estoy
contigo, te protegeré”.
Poco a poco fui quedándome dormido y Yunho
quiso acomodarme en la cama, pero cuando sentí el cambio de textura me desperté
y lo miré atemorizado.
–Ya dejó de llover, es mejor que duermas,
me iré para afuera– me dijo de nuevo y yo sólo negué con la cabeza
efusivamente.
–Por favor, quédate conmigo– pedí en voz
baja, estar cerca de él me hizo sentirme en paz y tranquilo… me sentí
verdaderamente protegido. Yunho me miró enternecido, o eso creí que era lo que
sus ojos transmitían.
–Está bien, déjame buscar mi manta y mi
almohada– fue por ellas y en menos de un minuto estuvo de vuelta, yo me hice a
un lado para que él se acostara y mantuvo distancia de mí. Yo me sentí mucho
más tranquilo, yo estaba de espaldas a él y tenía mi vista clavada en el
ventanal, mirando a través del mismo. La habitación estaba tenuemente alumbrada
gracias a que unos instantes atrás él la había encendido para darme
tranquilidad.
La mañana del domingo llegó y cuando
desperté ya él no estaba en la habitación de la cabaña, entré al baño y luego
de haberlo terminado de usar, salí y Krystal-ah estaba allí esperándome. Ella
tenía una carta en sus manos y ropa casual, me dijo que la carta me la había
dejado Yunho-ssi.
En carta él explicaba porque no estaba
junto a mí al despertar y también se disculpaba por eso, me dijo que tenía unos
asuntos pendientes con unas tierras vecinas y que para el almuerzo estaría
conmigo. También escribió que cualquier cosa que quisiera, se la pidiera a
Krystal-ah. Me dijo que vestiría ropa casual ya que no quería hacerme sentir
mal y se disculpaba por haber tirado a la basura mi uniforme escolar, lo
mandaría a buscar, él aseguró. Me dijo que me quería y podía entrar a la
piscina o las aguas termales si así lo deseaba y que si realmente lo quería,
podía pedirle a Kyuhyun me llevara al río que atravesaba sus tierras y que
estaba muy cerca. Que se podía llegar hasta él, pasando el área de las
piscinas, bajando por unas escaleras. Ya que eso me encantaría, decía él.
–Gracias…– le susurré a Krystal-ah, quien
no mostró ninguna expresión hacia a mi.
–No hay por qué, es nuestro trabajo– dijo
secamente.
–De verdad… lamento mucho que Yunho-ssi te
regañara por mi culpa– me disculpé e hice una venia.
–No te preocupes– dijo sin más –¿Qué
quieres desayunar?– según el reloj que estaba colgado en la pared eran las 9:30
AM. Yo pensé que pedir algo específico sería dar muchas molestias así que le
dije que lo que sea estaría bien.
Ella aceptó lo que yo le dije y me llevó
de nuevo a ése elegante salón dónde habíamos cenado la noche anterior y ésta
vez sí me dejaron lavar los utensilios que usé y me sentí tranquilo con eso, le
pregunté a Krystal-ah si no habría ningún problema en que anduviera por los
jardines y su respuesta fue negativa, así que le dije que iría a caminar por
allí. Ésa casa era verdaderamente hermosa. Justo al tener rato de caminar y
admirar las hermosas flores, el pasto en buen estado y seguir viendo las
pequeñas y no tan pequeñas montañas me encontré con el señor Changmin, a quien
saludé amablemente y le pedí si podía llevarme a donde estaba el río y me dijo
que sí, complaciéndome.
Changmin-ssi me condujo hasta el río, se
veía muy hermoso. Había grandes rocas y la corriente tenía un poco de fuerza,
arrastraba las hojas que caían de los árboles de los alrededores, había verde
grama y muchas flores de diferentes tipos. Se escuchaba el dulce sonar de los
pájaros, eran todos incomparables, sometiéndote a un éxtasis muy relajante.
Pude darme cuenta que la casa de Yunho-ssi estaba en la cima de una colina no
tan grande.
El día estaba nublado y fresco, el cielo
era dueño de nubes de muchas formas y el sol, siempre tan elegante enviaba sus
rayos a través de las mismas como misioneros, que muy conforme con su deber,
cumplían su tarea de decorar en distintas tonalidades, cada espacio visible del
cielo.
La escena parecía sacada de un cuento de
hadas, me habría gustado tener en mis manos una cámara y poder capturar tanta
hermosura natural y llevársela a mi familia.
El tiempo que estuvimos ahí, el señor
Changmin y yo hablamos mucho, de muchas cosas. Sobre lo que nos gustaba y
descubrí que él y Krystal-ah eran muy buenos amigos, que Changmin-ssi estaba
enamorado de Kyuhyun y éste que siempre se negaba a estar con él. Supe también
que la familia de Yunho-ssi había ayudado mucho a la suya, de igual forma que
con Krystal-ah. Su padre era el chofer del padre de Yunho-ssi, el Señor Jung. Y
al crecer, se convirtió en el chofer de Yunho-ssi, mientras estudia Leyes y
Derecho en la universidad de Seúl.
Allí estuvimos durante un largo rato, al
menos una hora y media estuvimos disfrutando del sonido del río y transcurrido
ése tiempo, se apareció Yunho-ssi y tenía cara de pocos amigos. Le pidió a
Minnie, como lo llamaba Krystal-ah, que nos dejara a solas y él asintió y se fue.
–¡Te dije que no estuvieras a solas con
él!– me regañó.
–¿Por qué?– pregunté sin entender.
–¡Porque no me agrada que estés solo con
Changmin!–.
–¿Pero qué hay de malo en eso? ¡A él le
gusta Kyuhyun!– defendí lo que posiblemente ya él estuviera pensado.
–Lo sé– me dijo sin más. Su mirada estaba
clavada en la mía –Sólo no estés a solas con él ¿sí?– la suavizó un poco,
pidiendo casi en súplicas –¿No tienes hambre?– cierto, ya era de medio día y
aunque no tenía mucha hambre, sí tenía al menos un poco, así que asentí con mi
cabeza
Regresamos a la casa refinada, donde ya
nos esperaba la mesa servida y un delicioso almuerzo que comí sin reparo
alguno, ¡estaba delicioso!. Recuerdo que en ése momento pensé, que si lograba
ser un chef, desearía que mi comida fuera incluso más deliciosa y eso sería
mucho. Ni la comida de mi padre era tan deliciosa como ésa. Sí que estaba
sorprendido.
–Jae…– me llamó, poniéndose muy serio.
Antes, estuvimos hablando de manera muy amena, Yunho-ssi me estaba hablando
sobre ése majestuoso lugar, la fauna que había era increíble. Yo me preocupé al
verlo serio.
–¿Si?– contesté nada más, dejando de comer
y levantando mi mirada para verlo. Ambos estábamos solos en la distinguida sala
comedor, Yunho-ssi había pedido privacidad para ambos.
–A las 4:00 PM, regresaremos a Seúl– me
avisó, pude notar como ejerció presión sobre el cuchillo que tenía en su mano
izquierda –Te llevaré a casa– su mirada se obscureció.
–Muchas gracias Yunho-ssi– me levanté de
mi asiento para hacer una reverencia. Sentí una felicidad interna, muy grande.
Pero sentí tristeza al ver su semblante. ¿Había hecho mal?
–No tienes que agradecer, en primer lugar,
nunca debí traerte aquí– dijo con un dejo de tristeza y partió mi corazón, pero
no podía evitar estar feliz de irme a mi casa. Y él tenía razón, no debió
traerme con él a éste lugar.
Cuando terminamos de comer, fuimos al área
de las piscinas y seguimos hablando un rato. Él dijo que esperaría a que
Changmin-ssi hiciera algunas cosas que debía hacer para luego irnos. Me sentía
feliz y nervioso, ¿mis padres se habrían
preocupado? Yo estaría solo en casa, de no ser porque Yunho-ssi me llevó
consigo a ése precioso lugar, algunas de mis hermanas ya estaba casadas y las
otras se fueron con mis padres, yo pedí quedarme para estudiar para el examen
del lunes siguiente… ¡Demonios, el examen, no logré estudiar nada! Me sentí un
poco molesto al recordar que si no pasaba ese examen mis padres iban a matarme porque, se supone me había quedado solo en
cara para estudiar y de lo contrario, mis padres creerían que no usé mi tiempo
en lo que debía. Cosa que era verdad, pero no por que yo lo decidiera, sino que
otra persona lo decidió por mi.
No pasó mucho tiempo cuando Minnie avisó a
su jefe que el auto estaba listo para irnos y nos embarcamos, antes de subirme
al carro, me despedí de Kyuhyun y Krystal-ah. Fue un camino largo y silencioso,
hasta que Yunho-ssi me dijo algo que me incomodó un poco.
–Espero que de ahora en adelante puedas
darte cuenta de cuando estoy cerca de ti– yo lo miré con incomodidad y sólo
sonreí nerviosamente. Para serles honesto, yo hubiera deseado no hablar más con
él en mi vida. No lo odié, ni nada por el estilo, pero aun así, me parecía
alguien de quien no debía fiarme, a pesar de que fue amable conmigo en
diferentes ocasiones, él estuvo vigilándome detenidamente. Eso me aterraba –Lo
digo en serio, Jaejoong– y clavó su mirada en la mía, era intensa y demandante.
–Yo…– no sabía que decirle, estaba un poco
intimidado, si era sincero. En ése entonces, era más inocente de lo que creí
–Yunho-ssi…. Yo creo que sería mejor si no habláramos más…– dije, de manera
lenta. Al parecer no le agradó.
–¡¿Qué intentas decir?!– me exalté. No
estaba acostumbrado a oír gente hablar fuerte, en mi casa todo era muy
silencioso y él gritaba demasiado.
–No… no es nada…– miré por la ventana,
pero él con atrevimiento tomó mi mentón con poca delicadeza e hizo que lo
mirara; su mirada era igual de intensa que antes, tenía unos ojos marrones muy llamativos.
–Jaejoong, no tengo intensiones de
renunciar a ti– no entendí muy bien a que se refería pero no sonaba convincente
para mi bienestar. No supe que
responder, así que sólo me quedé viéndolo
y él suavizó poco a poco su agarre, hasta que apartó totalmente su mano
de mi cara.
Todo lo que restó de camino fue
silencioso, era un largo camino, recuerdo que él por último me ofreció si
quería comer algo podrían parar el auto en un lugar de comida en el paso de las
transitadas y un poco solitarias carreteras, yo le dije que no había problema,
yo esperaría hasta llegar a mi casa, así que el tiempo que tardaríamos comiendo
lo empleamos en permitirle a Changmin conducir para llegar pronto. Él no se
negó y el auto siguió en su curso.
Me quedé dormido y cuando desperté ya
estábamos en la ciudad. No pasó mucho tiempo antes de llegar a mi casa y al
notar el auto completamente detenido frente a la misma quise bajar en seguida,
pero Yunho-ssi me lo impidió, rápidamente volteé para encararlo y pude darme
cuenta que quiso decirme algo pero no lo hizo, tan sólo me susurró un “Lo siento” y un “descansa”.
Nada pude decirle, tan sólo me despedí con
un “gracias por traerme” y un “buenas noches”. Bajé apresurado y entré
lo antes posible, quizás temí que me llevara de nuevo con él, estando dentro
pude notar que ni mis padres ni mis hermanas habían regresado, me sentía
cansado y debía estudiar.
Tomé un baño y tardé lo suficiente hasta
relajarme, cuando sentí que era hora de dejar el baño, tomé mi toalla y envolví
mi cuerpo en esta. Fui directo a la cocina la buscar que comer, moría de hambre y entonces recordé todo lo que había
vivido. En realidad era aterrador sabes que él estuvo siguiendo mis pasos por
mucho tiempo pero siendo honesto, en ése momento agradecí infinitamente que
haya sido él y no alguien peor, que realmente pudiera hacerme daño. Él hizo que
me cortara y me agredió, pero también fue muy amable y dulce conmigo.
La única duda que me quedaba era:
¿Seguiría vigilándome? Y eso me llevó a pensar “¿qué haría con Junsu?”, me
sentía enojado y traicionado, Yunho-ssi había dicho que Junsu nunca más le dijo
nada, pero ¿cómo sabía él tantas cosas? Y en especial ¿cómo sabía que mis
padres no estarían éste fin de semana en casa?
Luego de comer y tanto pensar por fin me
acosté a dormir, tan sólo no paraba de pensar en lo que me había pasado.
Repentinamente recordé que él vivía cerca de mi o eso había dicho ¿sería cierto
eso?, si él vivía cerca de mi, entonces se daría cuenta de lo que hago. Pero
poco a poco me fui quedando dormido en medio del silencio que mi hogar me
ofrecía, tanta tranquilidad y tanta paz. Esperé de todo corazón no reprobar ése
examen, sino mis padres me matarían.
Continuará~
*~*~*
De verdad espero les guste a todos.
*Athena Leciel les da mucho amor*
Bueno, Ja ne~
*~*~*
De verdad espero les guste a todos.
*Athena Leciel les da mucho amor*
Bueno, Ja ne~